¡¡¡SOCORRO!!!


Hace ya unas semanas que no logro escribir nada. Perdón por decirlo en este tono. Espero que lo tomen como especie de terapia. No sé qué hacer con la sensación de andar trayendo toneladas sobre los hombros. A veces creo haber dormido en un mundo y despertado en otro totalmente diferente. Y, créanme, que mucho peor que el susto, es saber que las cosas no se dieron así mágicamente como les cuento.

¿Será verdad que, la noche del último martes, los estadounidenses durmieron bajo el liderazgo de un presidente negro, y al otro día despertaron bajo el topete de un magnate racista, homofóbico, sexista? ¡Díganme que hay un botón reverse en algún lado, please!

Si les cuento que un ministro de estado ha recibido a un actor porno, para debatir sobre los cambios en los planes nacionales de educación, ¿podrían creerme? No les voy a confirmar la información, porque moriría de vergüenza. Vean por sí mismos.

¿Qué opinarán mis amigos lectores en cuanto al comportamiento de padres y madres que hablan de lealtad con sus hijos, con la esperanza de que sean personas más éticas, pero apoyan la Deslealtad declarada de un político como Michel Temer? Más allá de apuñalar a la mandataria de Brasil, ha traicionado a todo el país como informante de la embajada estadounidense, según una investigación de Wikileaks difundida en la prensa. Usurpado el sillón de la presidencia, sus encuentros pasaron a ser menos secretos. Hace poco, Temer estuvo en la sede de la Sociedad Americana y del Consejo de las Américas, instituciones fundadas por David Rockefeller, que tienen como presidente emérito nada menos que a John Negroponte, pieza clave para la guerra sucia de la CIA en Honduras, y la invasión de Iraq en 2003. En su discurso,  dejó claro los reales motivos de la deposición de su ex jefa: Dilma Rousseff se ha negado a implementar el programa Puente para el Futuro, creado por los representantes del sector privado para aumentar sus propias ganancias, por dos vías principales: retomar el régimen de concesiones – para garantizar la extracción privada del petróleo encontrado en el área bautizada como pré-sal; e interrumpir la red establecida entre los Brics – Brasil, Rusia, India, China y Sudafrica – reconduciendo el país de vuelta a los acuerdos dictados por Estados Unidos.

Parafraseando al anárquico director teatral Antonio Abujanra, quien preguntaba cuál de los tres – la Religión, la Ciencia o los Bancos – ha provocado mayores males a la humanidad, vengo arguyendo a la gente cuanto a dos otros villanos, el Miedo y la Ignorancia. No sé, sinceramente, cuál será nuestro mayor enemigo. Que no podamos esperar mucho de la clase política es hecho conocido. Que el pueblo apoye a gente de esta índole… me provoca terror.

La divergencia entre los analistas políticos es inmensa en cuanto a las razones para la victoria de Donald Trump. He visto a uno de sus compatriotas decir que ni el mismo topetudo sabe qué sucederá ahora. Lo dudo. Somos partícipes de un escenario complejo pero muy repetido históricamente. La gente abordada en la calle me parece más honesta: apunta a la decepción con la clase política como mayor motivo. Sin embargo, no se dan cuenta de los niveles de manipulación a que somos sometidos todos los días. La estrategia es antigua pero actualizada a diario: en Brasil, la supuesta cruzada contra la corrupción solo ha puesto a corruptos de oposición en el lugar de los corruptos de situación. Nada ha cambiado de verdad, pero la creencia de la gente en la neutralidad de los medios de comunicación de masa, le impide aceptar lo evidente: somos los burros que mueven este inmenso engranaje. No importa lo que venga, sino que se saquen a los que están en este gobierno – del Partido de los Trabajadores – se escucha a menudo. Y, paso a paso, van desenterrando las viejas políticas, disolviendo las garantías de trabajadores activos y retirados, prácticamente sin cualquier reacción popular.

El primer gran paso rumbo a la privatización de Brasil – ¡denunciémoslo en buen tono! – va en el Senado con el nombre de Proyecto de Enmienda Constitucional N° 55. Va a congelar los gastos públicos por 20 años. Sí, han leído bien: 20 años sin destinar uno solo centavo más a Educación, Salud, Seguridad, Infraestructura. No importa lo que venga, sino que se saquen a los que están en este gobierno – del Partido de los Trabajadores. No se rían, por favor. Sé que parece, pero no es un chiste.

¿Han visto los carteles de los mexicanos que votaron en Trump? No es que los explotados queden en silencio, o acepten tácitamente a las políticas nefastas a que somos sometidos. Hay latinos y mujeres apoyando a Trump, hay profesores, médicos, policías construyendo el puente para el pasado, de manos con el usurpador brasileño. En Colombia, el acuerdo de paz firmado con las Farc fue rechazado por la población. Nunca he pensado que tales pesadillas saltarían algún día de las páginas de los libros sobre el fascismo a nuestros días.

¡Socorro! ha dicho, desde Uruguay, Pepe Mujica, para quien el problema no es Trump, sino la gente que lo sigue. John Carlin, via El País, complementó: [Trump] está perfectamente en su derecho de ser un vulgar, cínico y narcisista megalómano, cualidades que compartirá con otros seres que se han enriquecido como él con la compra y venta de propiedades inmobiliarias. El problema son los seres que creen que es la persona indicada para asumir el cargo político y militar más influyente del planeta, en una época de alarmante incertidumbre económica y creciente inseguridad global.

Permítanme rematar: estas son partes importantes del problema, pero no nos olvidemos: quedarnos callados e inmuebles delante de todo esto, aunque llenos de nuestra santa indignación, no nos hace mejores que ninguno de estos patetas.

Les prometo un texto más animador para la próxima edición. El avance demanda calma y un paso por vez. Mientras tanto es suficiente que no nos dejemos soterrar.

#porLatinoAmerica es un colectivo empeñado en nuestro cambio  de comportamiento y de mentalidad, por entender que, sin ellos, hasta las acciones legales, que buscan reparar deudas históricas con las minorías, pueden permanecer inocuas.