Pelea de ciegos


“Aconseja al ignorante, te tomará por su enemigo.”
Proverbio árabe

Es un tiempo triste para América Latina, que pasó de vivir un tiempo de crecimiento importante a un tiempo de todos contra todos. Se polarizó el continente sin saber bien lo que se defiende, la gente sale a las calles con garrotes y no sabe ni a quién ni por qué pegar.

Gonzalo Larenas entrega 92Los límites de nuestra ignorancia se están poniendo a prueba, todo gracias a la falta de educación, falta de integración cultural e histórica y nuestros medios tergiversando, a favor de unos y otros, cada noticia. Venezuela es hoy el chivo expiatorio de la derecha e izquierda, una masa que defiende y ataca sin muchas veces saber cuál es su capital o dónde ubicarla en el mapa.

Partidos políticos en decadencia y baja popularidad no han visto algo mejor que la crisis en este país, para levantar su alicaído pensamiento y refugiarse en el dolor de quienes sufren por la división. No hay nada más cruel e inhumano que sacar provecho político y económico de las tragedias o problemas de los demás, sobre todo cuando no se conoce el trasfondo. Lo peor es que esta sucia actitud se contagia en los distintos países, y como un virus la intolerancia e ignorancia se toman las conversaciones en las calles, dividiendo a quien la escuche, sin posibilidad de llegar a algún acuerdo porque no tienen la información suficiente, cuentan únicamente con el peligro de una sola historia.

Las redes sociales, reflejo vago de las antiguas conversaciones en la plaza, han caído incluso en lo ridículo, en las brutalidades de expresión como por ejemplo en Chile; comparando la dictadura de Pinochet con lo que vive hoy Venezuela, lo que ya es simplemente una falta de respeto a quienes sufrieron sus consecuencias. No se puede hablar de dictadura en un país que por votos eligió un presidente, cosa que a muchos parece habérseles olvidado.

No defiendo tampoco la crisis interna a la que ha llegado Venezuela, algo que parece no tener fin y en la que ambos sectores han incitado a la violencia, generando muertes y atrocidades para todos. El futuro de este país pasa por un gobierno que debe admitir sus errores y claramente hoy su falta de liderazgo, y una oposición que debe combatir con ideas y no aprovecharse de una crisis para generar odio y destruir la democracia.

Latinoamérica sufre porque se insultan hermanos, sufre porque estamos viviendo una pelea de ciegos, rabias generadas por injusticias sociales se están manifestando ante la más mínima provocación, incluso en esos países que hacen gala de su crecimiento, mientras las brechas sociales aumentan.

Es hora de detener este caos, esta furia desmedida y sin contenido, es hora de despertar para seguir creciendo, reconociéndonos y estableciendo diálogos fructíferos, sentándose a la mesa para escuchar lo que unos y otros quieren decir. El futuro estaba cerca y lo estamos alejando por tener malos cimientos. No podemos construir un futuro centrado solamente en la economía porque nos caemos en esto, en nuestra falta de conocimiento, nuestra falta de entendimiento. Cuesta creer, por ejemplo, que en ningún colegio de Latinoamérica exista el curso que trate nuestros problemas, nuestra historia de manera objetiva, nuestra cultura con la cual formar una identidad que nos una y mueva hacia adelante.

Dejemos de dar palos ciegos, dejemos de creer que el resto es nuestro enemigo por el sólo hecho de pensar distinto, dejemos de una vez por todas que la estupidez y la ignorancia se tomen nuestro continente.