Oliverio Girondo viste a la Muerte


Oliverio Girondo viste a la Muerte

En esta publicación tratamos de descifrar un poema del gran poeta argentino. En Visita la temática no sorprende por la singularidad sino por el enfoque.   Oliverio Girondo nació en Buenos Aires, Argentina, en 1891 y murió en 1967 en la misma ciudad. De su biografía pueden destacarse algunas otras fechas como ser: 1922, 1943, 1961. El primer año es el de la publicación de Veinte poemas para ser leídos en un tranvía, su debut como poeta en un libro. Veintitrés años después se casó con la poetisa Norah Lange. Finalmente, en 1961 sufrió un accidente que lo dejó disminuido físicamente por el resto de su vida.   Dejada atrás la formalidad periodística de presentar a una persona ante el público es mejor adentrarse en su obra. Además de Veinte poemas para leer en el tranvía, Girondo publicó Calcomanías (1925), Espantapájaros (1937), Persuasión de los días (1942), Campo nuestro (1946) y En la masmédula (1953). Colaboró con la revista Martín Fierro, en la que también escribieron Jorge Luís Borges, Leopoldo Lugones, y Ricardo Rojas entre otros. Varios textos suyos fueron publicados en distintos diarios y revistas del país.   De Persuasión de los días hay un poema suyo que atrapa por la temática y el trato que le da: la muerte. A favor, en contra, con intención puramente científica o humorística, los escritos acerca de la muerte son casi infinitos. A continuación el de Girondo:VisitaNo estoy.No la conozco.No quiero conocerla.Me repugna lo hueco,la afición al misterio,el culto a la ceniza,a cuanto se disgrega.Jamás he mantenido contacto con lo inerte.Si de algo he renegado es de la indiferencia.No aspiro a transmutarme,ni me tienta el reposo.Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.No estoy para lo inmóvil,para lo inhabitado.Cuando venga a buscarme,díganle:             “Se ha mudado”   Este poema escrito en primera persona no sólo personifica a la muerte, en cuanto a que la muestra como un ser que se traslada para buscar a sus víctimas y que es capaz de recibir un mensaje –“se ha mudado”-, sino que describe a la vida y a la muerte, en este caso no como objeto, sino como experiencia.   El absurdo y la gracia son cualidades relativas a la vida, lo humano y aunque no lo diga, también es lo móvil. Antes de terminar su poema, el yo poético aclara que no “está para lo inmóvil”, como contraposición, la vida es algo que se mueve. No sería justo decir que se traslada o rueda porque esos no son movimientos sin sentido y sería agregar contenido a una obra que en su creación nos es ajena. ¿Está enumerando cuando habla de absurdo y gracia o para él la gracia es un sinónimo de absurdo?   En cuanto a la muerte nos encontramos con dos representaciones. El espíritu que debe ir a buscar a las almas de quien fallece y por otro lado como un estado del alma. A diferencia de la Muerte en “Cancion para mi muerte” de Sui Generis, esta puede ser engañada o al menos se puede intentar despistarla. Girondo nos la presenta vulnerable,  con fallas, hasta podría decirse humana.   Lo muerto es inmóvil porque una persona muerta no puede trasladarse, eso es claro. Pero cuando Girondo dice que no le interesa transmutar, disgregarse y que la ceniza e indiferencia tampoco son de su agrado tal vez se refiera al nombre o la herencia que una persona deja al morir. El legado puede ser interpretado según cada persona y la memoria de un pueblo puede convertirnos en héroes, villanos o fulanos. Las palabras que utiliza para caracterizar al mundo de los muertos muestran un rechazo visceral. Tal vez al momento de escribir el poema sentía a la muerte como un proceso de descomposición de dos mundos; el físico y el metafísico.   Nada es casual en esta poesía. El sentido que imprime en cada palabra se da en el marco de cambio que Girondo experimentó entre sus publicaciones anteriores y Persuasión de los días. Se vuelve más oscuro y las palabras tienen un protagonismo mayor que el verso que construyen. Sus textos son como esas pinturas que para el ojo del inexperto son sólo manchas sobre un lienzo pero el que logra conectarse con la obra de este poeta descubre que cada mancha es una obra dentro de otra. En otros textos suyos, el papel principal es interpretado por el sonido de las palabras y lo que disparan en nuestra mente; en Visita, el significante cede el cartel al significado.   La obra de Oliverio Girondo es muy rica y llena de contenidos que pueden ser analizados desde la encantadora frialdad de la lingüística o desde el calor de un café y una luz tenue en el living de nuestras casas. . Lo cierto es que un sólo poema no hace justicia a una vida entera de creación literaria como fue la de Girondo, pero sí puede servir para crear oasis propios en un mundo de edificios y subtes. Desde esta sección buscamos que el lector experimente con el arte utilizando conocimientos previos o la intuición, la misma que a la vez que nos humaniza, nos nivela.Nicolás Melandri