Lula, un paso adelante


Lula, un paso adelante

Brasil sigue dando el ejemplo. Las palabras del presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante su discurso en la cumbre de Copenhague no quedaron en meras promesas. Días después de explicar sus próximos objetivos en materia de medio ambiente en la reunión de mandatarios, Lula sancionó la ley de Cambios Climáticos que plantea la reducción de emisiones de gases de dióxido de carbono entre un 36,1 por ciento y un 38,9 por ciento hasta el 2020, lo que lo convierte en el primer país de América Latina y del mundo en aplicar medidas que favorecen el cuidado del planeta.Durante la reunión en la capital de Dinamarca, el mandatario aseguró que Brasil “está dispuesto a hacer más por el planeta”. Sin duda, la aplicación de esta nueva ley lo ratifica. La ley de Cambios Climáticos se concentra principalmente en incrementar y favorecer la producción de energías limpias. Pese a que su aprobación no fue del todo fácil debido a la presión ejercida desde el Ministerio de Minas y Energía para vetar diez artículos, el mandatario sólo vetó tres.Uno de ellos elimina del texto la frase «abandono paulatino» de las fuentes de energía de origen fósil, para evitar que en el futuro pueda impedirse usar petróleo y gas en la producción de energía. El director de la asociación civil Greenpeace Brasil, Sergio Leitao, criticó la eliminación de ese artículo porque “con ello se demuestra que el Gobierno opta por utilizar el petróleo de las grandes reservas halladas en los últimos años antes que estimular las fuentes de energía no contaminantes”.El otro veto elimina el punto que preveía ayuda económica sólo para las pequeñas hidroeléctricas ya que, de esta manera, no incentiva la producción de las hidroeléctricas medias y grandes.Luego de su aprobación, la ley necesita la firma de decretos que le asignen a cada sector de la economía brasileña, las tareas correspondientes para el cumplimiento de las metas estipuladas ya que según el ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, “la ley tiene carácter obligatorio”.Su aprobación no sólo significa un avance sustancial en la política de medio ambiente en Brasil, sino también un mensaje de acción para toda la región latinoamericana.A raíz de esta ley, se estipula que el Presidente podrá cumplir con su promesa de reducir en un 80 por ciento la deforestación de la Amazonia, el principal pulmón del mundo, en 2020 y controlar la tala de árboles que produce una importante emisión de gases contraproducentes para el medio ambiente. De esta manera, reduciría sus emisiones de gases contaminantes en unos 4.800 millones de toneladas.Por otra parte, Brasil no sólo demostró su compromiso en disminuir las consecuencias del cambio climático, sino también su posición crítica frente a las grandes potencias mundiales, como Estados Unidos y China, por su falta de compromiso con el cumplimiento del Protocolo de Kyoto con vigencia hasta el 2012, a pesar de que Estados Unidos no ha ratificado su adhesión,»Creo que la propuesta del presidente (Barack) Obama quizás sea lo máximo que él puede hacer en función de las circunstancias políticas internas, pero está muy por debajo de aquello que es la responsabilidad histórica y el papel de EEUU en este mundo globalizado, como está muy por debajo la propuesta de los países desarrollados de Europa», afirmo Lula.La política del mandatario brasileño ha tomado gran relevancia a nivel mundial. Brasil es hoy la quinta potencia del mundo. Su crecimiento económico, pese a las consecuencias de la crisis financiera, lo ha convertido en el vocero de la región de América Latina ante los grandes países desarrollados. A su vez, consiguió que China sea el primer comprador de Brasil, desplazando de esta manera a su principal cliente, Estados Unidos.En el ámbito deportivo, se consagró como la sede de la Copa Mundial de Fútbol en 2014 y también de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro en 2016.Las próximas elecciones presidenciales en octubre de 2010 serán trascendentales ya que se pondrá en juego la continuidad de las políticas llevadas adelante por Luiz Inácio Lula da Silva y, a su vez, el continuo crecimiento del país.Por María Victoria Ciccola