“Los amigos del barrio pueden desaparecer”: memorias que han querido ejecutar


“Los amigos del barrio pueden desaparecer”: memorias que han querido ejecutar

La imaginación es el condimento exquisito del hombre, la eterna salvación de nuestra especie. Sin embargo, para las grandes bestias del pasado es una filosofía de la liberación espiritual que contrapone la estrategia dominante y conquistadora con alabanzas déspotas. Nuestro homenaje para aquellos artistas y pensadores que han dedicado sus vidas a componer un manto de cultura en resguardo de la alienación mortal. Medios Lentos recuerda, entre la vorágine y el tiempo.La ideología era, para el mundo de Las Luces, comúnmente llamado Iluminismo o Ilustración, el universo de ideas póstumo a satisfacer de lógica y conocimientos al preciado raciocinio humano. Aquel reflejo extinguiría toda esperanza mental de creación libertaria para transformarla en debilidad proclive al dominio colectivo. En pocas palabras, nuestro sueño de independencia y emancipación se derretía en la supuesta posibilidad de conseguirlo. Esa esperanza de cartón se consumía en el fuego posmoderno. Y mientras tanto, las guerras informáticas, el control político, los medios masivos de comunicación y las dictaduras. Un marzo de 1976, un período jurásico. Un folleto de muertes.El arte, como ya hemos mencionado, es el aura humano. Es el aliento materializado en intelectualidad, la comprensión genuina que nos establece como seres capaces de generar nuevos mundos siderales: analizar sus antecedentes y combinar infinitos “nosotros”. En las Bellas Artes está la libertad del homo sapiens. En ellas pensamos y actuamos. Por eso, “los dinosaurios” ambicionaron con desterrarla del paraíso, aniquilarla con soles y lunas: “destruyendo el arte, demolían al hombre y sometían al infierno y a sus armas”.Nunca más. Franco Venturi, célebre ilustrador desaparecido el 20 de febrero de 1976 y, posiblemente, uno de los primeros artistas en ser considerado “una incógnita, ya que no tenía entidad, no estaba… ni vivo ¿ni muerto?”. Preso en la cárcel de Devoto, enviado al penal de Rawson donde se había producido la masacre de Trelew. Sus obras, desaparecidas junto a su autor. Fue el primer artista plástico del país sin identidad. Con él, comenzaba la carrera hacia el destino del arte, una magia corrompida por disponer filosofía auténtica.Mientras algunos eran fusilados, otros creaban. Música, literatura, caricaturas, pinturas, esculturas, todas ellas. Aparecían los grandes sabios de la memoria, Carlos Alberto García Moreno (Charly García), Nito Mestre, León Gieco, Luis Alberto Spinetta, Féliz Francisco Nebbia Corbacho (Litto Nebbia), conjuntos como Sui Generis, Serú Girán, Porsuigieco, y todos sus continuadores. En el cuerpo dictador, la sombra de aquellos que harían revolución artística.Permítanme redactar una de las obras musicales más ilustradoras del terror que ha sufrido la Nación Argentina.“Los amigos del barrio pueden desaparecer los cantores de radio pueden desaparecer los que están en los diarios pueden desaparecer la persona que amas puede desaparecer. Los que están en el aire pueden desaparecer en el aire los que están en la calle pueden desaparecer en la calle. Los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer. No estoy tranquilo mi amor, hoy es sábado a la noche, un amigo está en cana. Oh mi amor desaparece el mundo Si los pesados mi amor llevan todo ese montón de equipajes en la mano oh mi amor yo quiero estar liviano. Cuando el mundo tira para abajo Es mejor no estar atado a nada imaginen a los dinosaurios en la cama Cuando el mundo tira para abajo Es mejor no estar atado a nada imaginen a los dinosaurios en la cama Los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer”García en su magistral “Los dinosaurios” (1983), una conclusión final de la metodología aplicada en sus conjuntos anteriores, en composiciones como “Botas Locas” (1974) o “Canciones contra el mal de ojo” (1976-77), entre otras tantas.Marta Virginia Esain era estudiante de Bellas Artes. Desapareció en mayo de 1976. Entre otras tantas virtudes, componía obras en cerámica. Pero los dinosaurios eran carnívoros. Pedro Varas también fue víctima de tal extravagante, fantasmagórica y terrorífica semántica titulada “Desaparecido”. Era artesano, fue secuestrado en Capital Federal, en el mes de octubre de 1976. El arte era un meteorito emocional que amenazaba con devastar a la especie reptil. La semántica de toda nuestra pequeña reseña histórica intenta explicar cómo los exponentes de las artes y la cultura de la imaginación han sido coacciones de intenso valor hacia aquellos representantes del genocidio más importante de nuestra República.   La literatura fue uno de los exponentes más controversiales de la época. El discurso de la ficción se torna un elemento protagonista. Obras como Respiración artificial (1982), de Ricardo Piglia; En esta dulce tierra (1984), de Andrés Rivera; y Cuerpo a cuerpo (1979), de David Viñas, fueron hitos políticos de singular presencia. Por otro lado, novelas como La vida entera (1981), de Juan MartiniEl vuelo del tigre (1984), de Daniel Moyano; y No habrá más penas ni olvido (1980), de Osvaldo Soriano, buscaron contraponer la cultura popular con los discursos de poder autoritario. Evidentemente, la ficción era una manera “sutil” o “menos peligrosa” de expresar lo inexpresable. Una especie de lenguaje mudo, un instrumento etéreo que simula verdades empíricas.Gran parte de los artistas, defensores de las Bellas Artes, abandonaron momentáneamente las tierras sudamericanas: “(…) Cantando al sol como la cigarra, después de un año bajo la tierra, igual que sobreviviente, que vuelve de la guerra (…)”, “Como la Cigarra”, María Elena Walsh. Emigraron  por ser profetas del hombre, por venerar la magia de las manos, de la voz, del espíritu, de las letras, de las manualidades. Eran considerados nada. Eran fusilados, mutilados u obligados a refugiarse en el exterior mientras en las calles se oía: “Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes, y finalmente mataremos a los tímidos”, General Ibérico Saint Jean, gobernador de la provincia de Buenos Aires. El diario Clarín exponía una tapa terroríficamente cómica: “Total Normalidad, Las Fuerzas Armadas ejercen el gobierno. Argentina derrotó a Polonia”. Ellos eran subversivos, anti-humanos, anti-cristianos, Nieztcherianos, misóginos, entre otras tantas denominaciones. El artista era un desequilibrado moral, homicida de la impronta social. Años más tarde, serían nuestros héroes poetas, apaciguadores de angustias y lamentos. Convertirían augurios en discos de música agraciada. Esculturas democráticas, pinturas de amor comunitario. Filosofía para adormecer la ignorancia y despertar el instinto innato de independencia y libre expresión. Bellas Artes para conmemorar a aquellos jóvenes con hambre de paz por la guerra sinsentido. Bellas Artes para honrar a las masas que vibran por justicia. Bellas Artes para acercar la imaginación al punto tal de la emoción eterna. Arte para revivir a los muertos, para celebrar a los vivos, para dignificar nuestro pasado. Bellas Artes para cantar, en comunión nacional: “Nunca más”.AutorPablo C. Sturbapablo@medioslentos.com