Latinoamérica en el país de las maravillas


alicia-en-el-pais-de-las-maravillas RESUMEN DE NOTALatinoamérica en el país de las maravillas
Como en un libro de fantasía, vivimos en un continente que mezcla lo real con lo maravilloso, la fantasía con la realidad, Cien años de soledad con El reino de este mundo, Gabriel García Márquez con Alejo Carpentier, pero a esa hermosa mezcla de mito y realidad hay que agregar un desaliñado condimento, el que produce la obesidad en una comida que antes era sana, la falta de identidad…(Leer más)

alicia-en-el-pais-de-las-maravillas DENTRO DE LA NOTALatinoamérica en el país de las maravillas

Como en un libro de fantasía, vivimos en un continente que mezcla lo real con lo maravilloso, la fantasía con la realidad, Cien años de soledad con El reino de este mundo, Gabriel García Márquez con Alejo Carpentier, pero a esa hermosa mezcla de mito y realidad hay que agregar un desaliñado condimento, el que produce la obesidad en una comida que antes era sana, la falta de identidad, la fantasía que entorpece, el opio del pueblo que nos sumerge en otro lugar y tiempo, entonces no entendemos, no vemos la realidad y caminamos por nuestras tierras alucinando.

¿Despertaremos alguna vez de este viaje por el país de las maravillas?, ¿despertaremos de este mundo irreal que nos muestra como maravilloso un continente adormecido en el día a día, lleno de imágenes, colores y fantasías como las que vivió o sufrió Alicia de Lewis Carroll?
No me refiero con este viaje a las drogas que hoy controlan gran parte de la economía de países latinoamericanos, me refiero a algo peor, a esa alucinación a la que nos someten los políticos, los medios de comunicación, la televisión e incluso internet, que tan libre parece. Caminamos por bosques encantados, tomamos té con conejos estafadores, nos metemos entre cartas, partidos y colores distintos que se pelean unos contra otros, involucrándonos en un gran reality show manejado desde fuera, desde el lugar que crece económica y socialmente, donde se ríen abusando y sabiendo que es muy poco probable que despertemos para revelarnos, saben que la droga que usan es la más eficaz y potente.

Una potente dosis de ignorancia con estupidez, la droga perfecta que nos deja sometidos a una sociedad injusta, abusiva, llena de corruptos que nos dominan y ante los que pocas veces presentamos una queja. Y lo peor de todo es que pasados un par de años por ellos votamos y elegimos que sigan así, porque parece que ya somos adictos críticos, necesitamos cada día más y para suerte y conveniencia de ellos, esta droga es legal.

El opio del pueblo en China fue la gran lección que nunca aprendimos, es la misma estrategia a la que nos sometemos a diario para no reconocer lo que nos pasa, para no asumir la vergüenza que nos da vivir en este estado, para no aceptar que el error está en nosotros, los que disfrutamos con la estupidez, con la morbosidad, los que competimos para eliminar a otros y no para que todos avancemos, Los juegos del hambre latinoamericana.

Parece que no tenemos intención de despertar, parece ser más cómodo que mejorar y arriesgar el Stato Quo, para qué cambiar las cosas si así podemos vivir sin mucho trabajar y sin mucho ganar, la ley del mínimo esfuerzo reina y con ella la comodidad. Sabemos que para lograr cambios verdaderos tendremos que trabajar duro, es lo que la mayoría no está dispuesta a hacer.

Una caricatura me llamó la atención: preguntaba si queríamos lograr un cambio en este mundo y terminar con la injusticia que nos rodea. En ella una masa de personas se levantó para gritar que sí, sin embargo el mensaje seguía preguntando si estábamos dispuestos a luchar por ese cambio, a comprar menos, a mejorar como personas, a trabajar más… y ahí el grupo se dividió. Eso es lo que somos, una linda historia, una tierra hermosa con personas drogadas por la ignorancia y la estupidez. Demasiado tarde, con una hamburguesa gratis ya estás comprado.

¿Hasta cuándo seguiremos así? Comienzan los muertos por intoxicación y a pesar del mal pronóstico, parece que no son pocos los que quieren despertar, limpiarse y marchar por algo mejor, trabajar cambiándose uno y cambiando después al resto, de uno en uno, un trabajo de hormiga que como tal es fuerte y sacrificado, una verdadera lección que hoy nos dan luces de un milagro, de un despertar, de una primavera latinoamericana positiva y proactiva.

Dejemos ya este mundo del nunca jamás, dejemos los cuentos de niños para ser tratados como adultos con derechos, terminemos esta alucinación a la que nos sometieron, tomemos el antídoto que alguna vez tomó Alicia y logremos ser otra vez maravilla más que ignorancia y realidad más que estupidez.

Autor
Gonzalo Larenas Crichton
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