Instrumentos, no protagonistas


Instrumentos, no protagonistas

Por Julia Izumi *Intuyo que 2009 será un año en el que los medios de comunicación darán mucho que hablar. No sólo por el anuncio del Gobierno de elevar al Parlamento su proyecto de Ley de Radiodifusión, sino por la forma en que ya, a ocho meses de las elecciones legislativas, los dueños de los grandes diarios, revistas, radios, canales de televisión y punto com se lanzaron, no a relatar la campaña, sino a ser protagonistas de ella.¿Cómo lo hicieron, cómo lo hacen, cómo lo harán?, muy fácil: echando mano del recurso que mejor manejan: el de la distorsión informativa y el de la manipulación de la agenda, instrumentos que rozarán lo bochornoso cuando, de producirse realmente el debate sobre la Ley de Radiodifusión, deban salir en defensa de sus intereses.¿Quiénes serán los vehículos de esa estrategia? Como siempre, los periodistas que eligen reproducir un único discurso en el que la política, la economía, en fin, la sociedad misma, se reducen a un escenario de buenos y malos donde no existen matices, ni posibilidades de ir más allá de la superficie.Vamos a un ejemplo: el cronista de un canal de televisión cuyo propietario es un diputado pelirrojo del peronismo disidente de la provincia de Buenos Aires, entrevista a otro diputado, a Claudio Lozano -un hombre de la CTA que durante 2008 discrepó con muchas posturas del Gobierno nacional-, antes del inicio de la Asamblea Legislativa del domingo. La pregunta del día, la “única pregunta del día” es “¿Qué opina del reencuentro de Cristina y el vicepresidente Cobos?”, pero Lozano se niega a perder el tiempo en nimiedades y responde algo así como que en la Argentina hay muchos temas de fondo, muchos problemas serios como para detenerse en esa pavada.Consciente de que el legislador opositor no contribuiría con el objetivo trazado por el canal para la cobertura de la Asamblea, el cronista decide saludarlo, agradecerle la gentileza, e ir en busca de mejor suerte con otro dirigente político de los muchos que se agolpaban en la puerta del Congreso que da sobre la calle Rivadavia.El zapping me lleva por otros canales que transmiten casi en cadena la misma absurda escena en pantalla dividida: de un lado la foto de la presidenta, del otro, la del mendocino, y la misma hipótesis dirigida a darle “entidad” al hombre del voto no positivo que nunca más pudo torcer una votación en el Senado después de la resolución 125.Esos mismos medios fueron los que destinaron presupuesto y tecnología para cubrir en Mendoza un homenaje de Cobos a San Martín sólo porque el Gobierno se negó a proveerle un par de Granaderos a Caballo y el vicepresidente tuvo que recurrir a niños vestidos “como si” para marcar cuán desafiante puede ser para el kirchnerismo. Aclaro: en los años que llevo como periodista, no recuerdo tanto esfuerzo mediático por cubrir la actividad de un vicepresidente, salvo el día de la histórica renuncia de Carlos “Chacho” Álvarez.Los medios gráficos tampoco estuvieron ausentes de ese estilo: “Hacete una nota con los detalles de protocolo para evitar que Cristina se junte con Cobos”, una hipótesis absurda teniendo en cuenta que la presidenta ni siquiera en la campaña de 2007, cuando estaba “todo bien” con el entonces candidato a Vice por la Concertación, cruzaba más de dos palabras con él, generalmente sobre el escenario y para mostrarse forzosamente unidos.Varios centímetros de tinta dieron cuenta al día siguiente del saludo “gélido”, “frío” y “protocolar” entre Cristina y Cleto, para confirmar una vez más que si hay algo que caracteriza a los medios locales en estos tiempos es la ausencia de ideas y de enfoques. ¿Qué posibilidades tenía un lector de diarios, un televidente o un oyente de la radio de obtener una visión distinta de esa Asamblea?, muy pocas. Hasta el poder que da el zapping se debilita cuando lo que ofrecen los medios es más de lo mismo.¿Una ley de Radiodifusión ayudaría a mitigar este escenario? Seguro que si, aunque depende del proyecto que llegue al Congreso. Supone que la oferta se ampliará a otros sectores: Universidades, organismos no gubernamentales, cooperativas, y que esos grupos responderán a otros intereses que los que hoy defienden los grandes monopolios y los pequeños que reproducen ese modelo de comunicación.¿La cuestión es ideológica?, si, claro que lo es. Por eso 2009 será un año difícil, como lo dije al comienzo de esta reflexión. Como periodistas seremos apenas un instrumento de esa disputa. Ya lo somos. El problema es creer que la vamos a protagonizar sólo por tener un micrófono en la mano o una firma en el diario más vendido, y encima utilizar esas herramientas en beneficio del bando equivocado.* Julia Izumi es Corresponsal en Buenos Aires de los diarios Los Andes, de Mendoza, y La Voz del Interior, de Córdoba. Es licenciada en periodismo. Fue redactora en la agencia DYN y en la Revista Tres Puntos. Es docente de la escuela de periodismo ETER. Desde Medios Lentos agradecemos enormemente su gratificante colaboración en nuestra página. ¡Gracias Julia!