En la ciudad de la furia


En la ciudad de la furia

En una misma semana, dos presidentes de dos países americanos aterrizaron en Nueva York, por dos motivos totalmente distintos. La presidenta de la Nación Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, llegó hasta el comité de descolonización de las Naciones Unidas para pedir por la soberanía de las Islas Malvinas. CFK, no llegó sola, llegó acompañada de una nutrida comitiva de senadores y diputados nacionales oficialistas y opositores, que entendieron que la cuestión Malvinas era una prioridad no sólo para el país sino para Latinoamérica toda.Barack Obama, el otro presidente que visitó Nueva York, lo hizo por un objetivo más simple, pero prioritario para su desgastada gestión; fue por dólares. Llegó acompañado por parte del jet-set neoyorkinno, para recaudar fondos para su campaña electoral. Frente a los 10.000 dólares que costaba conseguir un lugar en el Plaza, unos 50 invitados pagaron 40.000 dólares cada uno para asistir a un evento en la casa de la protagonista de Sexo en Nueva York ,en el West Village,  y del que era organizadora también la directora de Vogue, Anna Wintour. Allí también logró dos asientos una ciudadana que había participado en los ya habituales sorteos a los que se accede con donaciones mínimas, de incluso sólo 3 dólares. Pequeña diferencia entre ambos mandatarios, a la hora de elegir sus acciones en la gestión de sendos mandatos presidenciales.Este cronista pudo estar presente en el interior de la reunión del Comité de Descolonización de la ONU, y  sorprenderse con el respeto y atención con los que la Primera mandataria fue escuchada por los representantes de todos los países de comité.El balance de la visita a Nueva York de la primera mandataria fue positivo, como así también la reunión en el Consejo de las Américas, con empresarios norteamericanos.Como anécdota, los fotógrafos de los medios monopólicos argentinos, hicieron guardia en la puerta del Mandarín Oriental Hotel, frente al Central Park, y tratando de conseguir una imagen de CFK fuera del protocolo, tal vez recorriendo la Quinta Avenida, tal vez de compras de carteras costosas, hecho que nunca ocurrió, ya que ella nunca abandonó el hotel. Luego de cada reunión oficial, se reunió con sus funcionarios a puertas cerradas, porque la prioridad era el tema Malvinas como quedó claro.AutorRamiro Rearte desde Nueva Yorkinfo@medioslentos.com