El gol es felicidad


El gol es una de las representaciones más firmes de la felicidad, esa felicidad efímera y verdadera que nos atraviesa por unos pocos segundos y cuando vuelve nunca es igual a la vez anterior porque es única e irrepetible.

Es la culminación de un trabajo en equipo coordinado y ejecutado que tuvo como único objetivo lograrlo. Porque la meta siempre gira alrededor del gol, en hacerlo, o en evitarlo en el arco propio.

El gol demuestra (o no) si los entrenamientos de un equipo de trabajo fueron efectivos.

Si el cuerpo técnico pudo sacar lo mejor de sus dirigidos o si fue superado por el rival o por alguna circunstancia.

El gol es el momento al que cualquier jugador aspira llegar, ocupe el lugar que ocupe en la formación. Es explosión, es grito y liberación. A veces parece un logro individual, pero afecta de manera directa lo colectivo, por eso mismo, el gol es unión.

La asistencia se acerca a la felicidad pero yo la relaciono a un gesto de generosidad mucho más grande que en otro post, de mano de JR10, defenderé.

Martín Palermo fue gol durante gran parte de su carrera profesional, y el gol es eso, felicidad.

Esa foto es la representación de su vida como futbolista. Fue uno de los cientos de gritos de un jugador que se destacó no solo por hacer goles, sino también por saber cómo festejarlos.

La misma que sentimos cuando compartimos un momento lindo con un familiar, amigo o compañero, que puede durar un segundo o dos, y quizá, no se vuelva repetir.

La que disfrutamos cuando comemos un plato que nos gusta, que también, es una felicidad efímera. No podemos (aunque no estaría mal), comer todos los días asado.

Lo que si podríamos, si tenemos la posibilidad/habilidad, es hacer todos los días un gol. Ese gol no puede hacernos mal, ese gol es felicidad pura y verdadera.

Esa que muchas veces es tan difícil de alcanzar, que no todos pueden.