¡El chip mamucha!


¡El chip mamucha!

Con algunos milímetros cuadrados de área los chips son aquellas pequeñeces que día a día nos hacen sentir en una película de ciencia ficción. Cada vez son más complejos y las investigaciones llegan a lugares no imaginados. Desde chips para placer sexual hasta para controlar dónde está tu hijo las 24 horas del día, para tener a tus empleados trabajando y también para identificar a tu perro. Parece mentira pero no lo es. En todo esto están trabajando los científicos del mundo y el último avance es que ahora la empresa IBM se basará en el ADN para la fabricación de los nuevos y mejorados microchips y así permitirán que sean más económicos y pequeños. Con todo esto: ¿hasta dónde llegaremos? La respuesta no la tenemos, ya se nos va terminando la imaginación para predecir el futuro de la ciencia.Según el comunicado de IBM y el Instituto de Tecnología de California, esta nueva tecnología se trata de «un método para disponer estructuras de ADN en superficies compatibles con los actuales equipos de producción de semiconductores». Es decir que las partículas de ADN servirían de estructura para formar estas nuevas herramientas de nanotecnología permitiendo que sean mucho más pequeños y baratos al recortar costos de diseño. «Esta es la primera demostración del uso de moléculas biológicas para ayudar con el procesamiento en la industria de semiconductores», dijo el responsable de investigación de IBM Spike Narayan en una entrevista con Reuters.Mientras tanto en el resto del mundo ya hay chips bajo la piel, como por ejemplo en los perros de Ecuador que según un artículo publicado en “El Telégrafo”, periódico de ese país, desde el 15 de agosto y por la ejecución del Reglamento de tenencia y manejo responsable de perros, en cuatro provincias comenzará la implementación de chips para identificar a los canes. En la Universidad de Oxford se está desarrollando un chip más peculiar que permitiría estimular los centros de placer de la gente que no puede tener orgasmos.Por otro lado en Estados Unidos la empresa “Verichip” (www.verichipcorp.com) distribuye desde hace años chips para implantes en humanos. Según sus comunicados está orientado al área médica, para la identificación de pacientes de emergencias que no se pueden comunicar, y se está trabajando en chips que detecten los bajos niveles de glucosa en sangre, aunque los usos que traen mayores polémicas son otros.La empresa mexicana “Xega” fabrica chips subcutáneos con otro fin: la seguridad, y es justamente este tema el que genera más discusión. El sistema permite rastrear dónde se encuentra la persona con el chip cuando presiona un botón que lo activa dando la señal de que se encuentra en peligro. El mercado presentó mucha demanda ante este producto, fruto de la gran cantidad de secuestros que ocurren en México por mes.Las opiniones enfrentadas se dan cuando se ve este sistema de seguridad como una invasión a la privacidad, como se planteó en el caso de la empresa Citywatchers, de Estados Unidos, hace unos años al implantar estos chips en sus trabajadores para verificar que no ingresen a ciertas zonas de seguridad restringida de la compañía. A pesar de destacar que es completamente voluntaria la implementación del chip existen sectores que lo ven como una manera demasiado invasiva de garantizar seguridad.Existen en el mundo gran cantidad de foros, blogs y hasta organizaciones en contra de estas nuevas tecnologías declarando que son invasiones a la privacidad y que permiten a los gobiernos, o a las mismas empresas distribuidoras de chips en un futuro no muy lejano no solamente poseer gran cantidad de información detallada de los usuarios sino también controlarlos. Aunque las empresas niegan fervientemente toda esta teoría conspirativa y aseguran que sus avances son puramente científicos, las corrientes de visión apocalíptica acerca del futuro son difíciles de evadir.Con los avances de IBM en poco tiempo estos mismos chips que hasta ahora son del tamaño aproximado de un grano de arroz serán mucho más diminutos y económicos, y por lo tanto accesibles hasta en nuestro país en donde este tipo de tecnología no se ha popularizado tanto. Será en ese momento que nos veremos en el desafío de elegir confiar o no confiar en la ciencia.AutorPor Daniela Raschcovskydaniela@medioslentos.com