Diez Tendencias del Periodismo Contemporáneo


“Supongo que un buen periódico debiera ser la nación hablándose a sí misma
– Arthur Miller, escritor estadounidense

John Jonah Jameson, el editor de periódicos jefe de Spiderman (o mejor dicho, de Peter Parker)
John Jonah Jameson, el editor de periódicos jefe de Spiderman (o mejor dicho, de Peter Parker)

La gente adora las listas. La gente compila listas todos los días: de alimentos para comprar en el mercado, de trabajos pendientes para la semana, de deudas que hay que pagar en la quincena, y así sucesivamente. Como lo demostró una vez el éxito de librería de colecciones de listas como “The Book of Lists” (un libro compilado por el escritor estadounidense Irving Wallace y su familia inmediata que fue un exitazo en los Estados Unidos hace algunas décadas), existe la posibilidad de que la gente haga más caso a las cosas cuando se exponen en una lista corta, así sean noticias o datos memorables.

En el Internet se está poniendo de moda exponer listas sobre todo: desde cuántas parejas ha tenido Jennifer López hasta cuántos países han considerado legalizar la marihuana. Usualmente, esas listas de Internet requieren que el lector haga clic varias veces sobre una flecha y tiene como consecuencia exponer al lector a un anuncio comercial por cada artículo que aparece en la lista. Se trata realmente de  una forma velada de exponer al lector a pautas comerciales, y con ello, el medio ganar más dinero. Personalmente, me fastidia hacerle clic diez veces a un visualizador para enterarme de algo. Pero a la gente le encanta esas listas.

Inspirándome en lo que acabo de mencionar, he compilado para ustedes una lista de diez tendencias que he notado en el periodismo contemporáneo: ese periodismo de audiencias decrecientes cuando el medio se imprime en papel y de audiencias crecientes -pero usualmente con muy poca atención- en el caso de medios de prensa en Internet. No intento hacer juicios valorativos sobre estas tendencias, pero no les extrañe si fuera el caso. Si estas tendencias le aplican o no a Medios Lentos, que sea el lector quien lo juzgue.

Antes de enumerar estas tendencias, debo comentarles: sé de casos particulares en países específicos de Nuestramérica donde una de esas tendencias es la censura institucional, abiertamente o de forma velada. En mi país, Puerto Rico, la censura institucional no existe, pero la autocensura es algo bastante común. Por mencionar solamente un ejemplo: los dueños de medios de prensa en mi país prefieren, en aras de vender más ejemplares, poner a una modelo en pantaloncitos cortos paseando a su perro en la portada, a reportar los más recientes hechos de sangre en el Oriente Próximo. Sin embargo, mi lista procura ser lo más abarcadora posible, por lo que el tema de la censura tendremos que tocarlo en otra ocasión.

1. Noticias cada vez más cortasEsto es un efecto secundario de la inmediatez de nuestros medios de comunicación actuales. Periodistas de un diario regional, con experiencia de años en salas de redacción, me comentaban no hace mucho que añoraban los tiempos en que una noticia tomaba cuatro cuartillas. Uno de ellos me dijo: “Ahora tienes suerte si te dan cuatro líneas…”

La realidad es que, en tiempos del periodismo impreso del siglo 19, ocurrían dos tendencias extremas en los medios de prensa. Una era la publicación de artículos larguísimos –sobre todo usando esa prosa bizantina que todavía se cultiva en algunos lugares de Iberoamérica, que cuando es buena es excelente, y cuando es mala es aburridísima. La otra tendencia era la de publicar notas cortísimas, a veces de una o dos líneas, para rellenar literalmente, los espacios físicos entre noticias. Los periódicos se hacían a mano entonces, y rellenar los espacios en blanco era la pesadilla del editor.

Hoy día tenemos incluso medios especializados en lanzar titulares casi del largo de un trino en Twitter, de no más de 140 caracteres por noticia. Los cintillos de noticias (el ya infame “Crawl”, con mayúscula, porque hasta vida propia tiene) que salen en la parte inferior de las pantallas del televisor en los canales de noticia, son usados hasta en países como Bután, donde la televisión tiene quince años de existencia. No se trata de titulares de última hora aislados, sino de un torrente de titulares que tienden a ser prácticos, pero que a la vez son muy escuetos, sobre todo cuando se les toma fuera de contexto por su largo.

2. El entretenimiento como noticia – Las noticias sobre entretenimiento tienen usualmente su lugar y su sección. Últimamente, sin embargo, las llamadas noticias fuertes –ya sean sobre la economía del país, los conflictos entre países, las noticias sobre inseguridad ciudadana o las reseñas de sucesos que envuelven a grandes cantidades de personas- compartan igual espacio en portada con el divorcio de la actriz Tal, o de la rivalidad entre las cantantes Fulana y Zutana. Es entendible que un editor de medios quiera apelar a una demografía en particular, incluyendo titulares de todo tipo en una portada, pero otra cosa muy distinta es darles igual prominencia.

¿Acaso estas noticias de entretenimiento trivializan las noticias fuertes? ¿Es que las noticias fuertes ya no lo son tanto? Eso es materia de discusión para otra ocasión.

3. La elevación de personas sin mérito periodístico alguno a rango de celebridad – No, Paris Hilton, el hecho de que tu papá sea el heredero de una cadena hotelera, tengas de amigas de la infancia a Nicole y a Kim (no hace falta ni mencionar sus apellidos, ¡todos sabemos quiénes son!), conduzcas borracha, tengas una vida sexual creativa y pública, te inviten jeques árabes a amenizar fiestas como disc-jockey, y lances al mercado perfumes que se venden como pan caliente no te hacen digna de partes noticiosos. En mi opinión, creo que tocas la fibra interna de personas que necesitan distraerse un poco de sus vidas no tan privilegiadas… quizá para validar que quienes trabajamos para vivir no estamos tan locos como la propia vida que vivimos.

Sin embargo, boludez que hace esta chica, es boludez que sale en primera plana. Ella vende ejemplares. Es una realidad.

4. La colocación de pautas comerciales entre listas de noticias reales – Medios como Yahoo! News me sacan por el techo cuando, entre cuatro noticias serias, incluyen alguna nota sobre cómo el jugo de guanábana de determinada marca cura el cáncer, o cómo puedo disponer de la tarjeta de crédito QuiebraCard. Sin embargo, esas pautas están ahí, programadas para colarse entre las noticias. Y bastante caro que pagan los anunciantes por ellas.

Habrá quien diga que no existe diferencia alguna entre pautar publicidad de esta forma a pautarla de la forma tradicional. Uno espera de un anuncio comercial que, al menos, salga entre mayúsculas prominentes diciendo “– ANUNCIO –“, cosa que los resalte significativamente. ¿Pero que los hagan lucir como las demás noticias? ¿En serio?

5. La vida diaria de los famosos elevada a noticia, luego de ser publicada en redes sociales – Cuando ocurre, mi primera impresión es que se trata de un día lento en la Redacción. Lentísimo. Y si ese es el caso, me llevo la impresión de que el medio no respeta a sus lectores. Así de sencillo. Los lectores usualmente tienen acceso a redes sociales; si quisieran saber sobre su celebridad favorita, la seguirían en estos medios por cuenta propia. No necesitan al intermediario.

Cuando un trino de Twitter o una nota en Facebook se vuelven noticia, es porque ocurre una de tres cosas. O el famoso sale en un retrato de forma comprometedora (borracho, drogado, en cueros, etcétera), o dice alguna barrabasada ilógica, o se está peleando con alguien por Internet. Y si se trata de la primera o la última, casi siempre mi impresión es que, como decimos en Puerto Rico, está “buscando pauta.” Se trata de alguien que quiere llamar la atención a como dé lugar,  sobre todo cuando los medios no le hacen caso o cuando está a punto de lanzar algún contenido mediático que le va a dejar bastante dinero. A veces pasa incidentalmente, sobre todo cuando dos famosos se ponen a pelear en Internet.

6. El sentimentalismo exagerado en titulares – Mencionar esta tendencia –que no es nueva en la prensa, pero anda reviviéndose mucho últimamente- es un asunto un poco delicado, porque escribir titulares es un arte. Sabemos que cómo se titula una noticia es prerrogativa editorial del medio en cuestión. Sin embargo, a veces se nota a un kilómetro de distancia cuando un titular no guarda proporción con lo que se reseña en el artículo al que acompaña. A veces, este tipo de titular despierta sospechas o deja mal sabor al lector.

En demasiadas ocasiones vemos titulares sobre personas que, luego de una vida entera disfrutando de comodidad económica o notoriedad en los medios, reciben un artículo completo de desahogo para ellos. Casi siempre se trata de algún político corrupto que, luego de caer en desgracia, anda rondando la redacción para que le tomen pena, pero puede tratarse de cualquier ex famoso que se queja de más. Se nota a veces que la intención es la de revivir a un muerto mediático.

7. La sexualidad como gancho de atraer lectores Quien mejor hace esto ha sido, desde siempre, la revista Cosmopolitan, ya sea la edición que sea, en el idioma que sea. Basta con añadir la palabra “SEXO” a una portada, y venderá muchos ejemplares, eso lo sabemos. Quien lee Cosmo sabe que, en nueve de cada diez de esos artículos, no se publican novedades, sino que se recalienta información, de a veces muy poco contenido práctico.

Sin embargo, lo que notamos últimamente es que hasta medios de prensa conservadores en extremo quieren husmear en la vida sexual de alguien: la de celebridades, la de personas comunes y corrientes captadas en pleno acto, la de buscadores de atención profesionales o las de los propios lectores. Ocurre entonces, muy a menudo, lo que los estadounidenses llaman: “demasiada información” (“too much info”) – nos enteramos de las procacidades y tendencias íntimas de gente a quien uno ni quiere imaginarse con la ropa puesta. No, gracias.

8. Catalogar «controversias»… con tal de crearlas – Ya de entrada es triste ver a un medio de noticias concentrándose en qué dijo el político Tal… y no reportando qué hizo el político Tal. A veces se arman verdaderas tormentas en vasos de agua entre dos personas que ni espacio en los medios merecen. Eso pasa a diario en nuestros medios. Sin embargo, lo que más me asusta es cuando el propio medio añade las palabras “Sorprendentes declaraciones,” “Controversiales palabras,” “Polémica desatada por…” cuando una sola persona abre la boca. Es como si el medio quisiera que el reportado combata a los puños con alguien. Es como si el medio quisiera pronosticar que sectores grandes de su audiencia se van a ofender con lo que el reportado diga. Y de ahí a ponerle palabras en la boca al mencionado hay muy poco trecho.

9. Sermones disfrazados de reportajes – Casi siempre, cuando alguien escribe un artículo de opinión, su estilo de escritura es muy suyo, y es bastante obvio y consistente a lo largo de todo el artículo. Sin embargo, he notado que algunos medios últimamente quieren disfrazar sus opiniones como noticias. Hay casos obvios de instituciones de prensa que quieren adoctrinar a prosélitos de determinado credo político, pero para hacerlo, contratan experiodistas que, con la experiencia de saber redactar en español urgente para un medio, quieren hacer ver una opinión, de principio a fin, como una noticia.

Personalmente no tengo problema con que alguien redacte sus opiniones como quien redacta una noticia, pero cuando ese es el caso, lo menos que puede hacer el medio en cuestión es decir claramente que se trata de un artículo de opinión.

10. El aderezar noticias con todas las variantes posibles de: “Y usted ¿qué piensa?” – Esta es otra tendencia que hay que tratar con cuidado. Después de todo, ningún medio de prensa quiere publicar cosas que nadie lee. La mejor retroalimentación que recibe el medio sobre una noticia es la observación de editores y redactores sobre cuánto ésta se comenta en la calle. Cuando se trata de medios electrónicos no regionales, la tendencia últimamente es observar cuantos “hits” o referidos recibe para cada una de las redes sociales.

Últimamente, sin embargo, notamos dos cosas. La primera es que, entonces, el medio en cuestión abre secciones de comentarios sobre la noticia que no son moderados. Si, en el pasado, se acusaba a los medios impresos de ser muy selectivos en las Cartas del Lector (y solamente publicando las que seguían la línea editorial del medio), ahora se les acusa a los medios electrónicos de permitir cualquier guarrada hostil y obscena de quienes quieren atacar la noticia, a su autor o a ambos. Se trata de un tema muy contundente, con múltiples ramificaciones sociales y legales para cada medio. Créanme, los editores actuales son muy conscientes sobre el asunto.

La segunda tendencia es que, entonces, la noticia se dosifique en pedazos muy pequeños, y redactores y editores pretendan que el lector corra al Internet a hacer clic a tres enlaces distintos y solamente pueda enterarse de la noticia completa si la lee como quien arma un rompecabezas. No hablamos de noticias que, por su extensión, tengan que reportarse en varias entregas, sino de idioteces como: “Entérate qué actriz salió desnuda en la revista Tal”. Claro, no dicen que la actriz solamente asomaba la cabeza por al lado de un biombo en una escena inocua. El lector, que no se entera si no hace tres o cuatro clics, pasa a sentirse manipulado por el medio.

Yo trato de no caer en esa treta. Si un medio de prensa quiere tratarme como párvulo de kindergarten, y que adivine la noticia en pedacitos, conmigo (y mis clics) que no cuente.