Una década de ayuda para todo aquel que necesite


Ana Manrique es fundadora y presidente de Agapao, una organización que se dedica a ejercer la solidaridad de múltiples formas. “A veces, desde las asociaciones civiles tenemos que hacer lo que no hace el Estado”, dice.

La chica tenía unos siete años y llevaba en los brazos las marcas del dolor. Allí cargaba con las lastimaduras que ella misma se hacía. “Yo me hago los cortes. Es una manera de descargarme por el sufrimiento y la bronca por las cosas que me pasan”, respondió cuando Ana Manrique se interesó en lo que le pasaba. No era la primera persona a la que se acercaba en el andén de la estación Retiro del ferrocarril Belgrano. Sin embargo, aquella vivencia resultó un disparador para dar un paso más en esa tarea de ayudar y ayudar. Así, junto a su esposo, Ana creó la Fundación Agapao, una asociación civil que se dedica a advertir las necesidades de las personas y tenderles una mano. Una década de ejercer la solidaridad para suplir lo que, dice, no se hace desde el Estado.
AGAPAO trabaja en el área social, pero también en lo cultural y deportivo. Y lo hace en necesidades bien diversas. Uno de ellos es la donación de órganos, actividad que intentan difundir, desde el caso mediático de Renzo Salvatore, el chico de Corrientes quien fue trasplantado en 2013 luego de varios meses con un corazón artificial en el Hospital Garrahan. En esa línea, la organización logró que la leyenda “Donar órganos salva vidas” figure en las boletas de impuestos del municipio de Malvinas Argentinas, y quieren extenderlo a la provincia de Buenos Aires. “Hay mucho tabú sobre el tema, es bueno que se puedan informar”, dice Ana.

Pero también AGAPAO entrega donaciones a zonas inundadas, visita a chicos internados para alegrarles la jornada o, por ejemplo, ayuda a aquellos discapacitados que no cobran una pensión de la cual el Estado debiera hacerse cargo.

¿Qué rol cumplen las asociaciones civiles como AGAPAO para la sociedad?
Lamentablemente tenemos que hacer cosas que no se hacen desde el Estado, que para nosotros está un poco ausente, sin distinguir partidos políticos. Solo está cuando necesita hacerse ver.

¿Al menos les da alguna facilidad a las organizaciones sin fines de lucro?
Quizás podrían tener algo más de consideración porque hacemos un trabajo que ellos no hacen, ya que sostener una organización implica mucho dinero, deberían ayudarnos a reducir los costos en forma sistematizada, no con una ayuda puntual de un gobierno. A mí no me gusta meterme en política.

¿Cómo se financian?
Trabajamos con empresas y donaciones particulares. Lo que pasa es que la empresa tiene que confiar en lo que hacés. Y también es cierto que muchas organizaciones piden para causas benéficas pero después la usan para otra cosa.

Al margen de las donaciones que cada vez hay que pedir, de los permisos gubernamentales que se deben tramitar, de los reclamos a entres municipales o provinciales o a obras sociales que no cumplen, la frase “a pulmón”, es la mejor manera de describir la tarea de estos 20 voluntarios.

¿Cómo responde la sociedad ante los pedidos? ¿Es solidario el argentino?
Nosotros vemos que el que menos tiene siempre es el que más ayuda. Hay gente que vos decís “Guau, tiene poco, pero ayudó mucho”. Los que realmente tienen son indiferentes, no les llega, les cuesta dar.

¿Cómo ves la actualidad? ¿Notás más necesidad?
Este último año se percibe mucha necesidad, sobre todo en el Interior. Visitamos muchas provincias con problemas de inundaciones donde fuimos a entregar donaciones. En Capital Federal y Gran Buenos Aires, dentro de todo, hay mucha gente que algo tiene. Pero en otros lados nos da mucha tristeza ver las carencias con las que muchos chicos viven. Da mucha tristeza que pase en un país tan rico.

Parece que siempre falta…
Una vez alguien me dijo que estaba loca, que hay chicos que no van a cambiar su realidad. Yo dije que si de 10 cambia 1 ese 1 es importantísimo, porque va a ayudar a la gente a mejorar.

El nombre Agapao surgió de la traducción griega, idioma del Nuevo Testamento, de “Amor desinteresado”. Las raíces cristianas están a la vista, pero Ana aclara: “Somos creyentes desde hace muchísimos años pero las puertas de la entidad están abiertas para ayudar a todas las personas”. El lema de la organización va de la mano: “No te niegues a hacer el bien cuando tuvieres la posibilidad para hacerlo”.

¿De qué forma se puede ayudar?
Hay que ayudar, no importa a quien, ni cuando, según la necesidad, claro. A veces no necesitás darle plata, hay gente que necesita que los escuches, un abrazo, contención. A veces la gente cuando decís de ayudar piensan en la plata, pero podés ayudar compartiendo una publicación, un tiempo…Ayudar hace bien, llena el alma. Da mucha satisfacción. Y después se ven los resultados en los chicos.