Grooming, la necesidad de tomar conciencia antes de la tragedia


grooming imagenMedios Lentos habló con Hernán Navarro, director de Grooming Argentina, sobre la problemática que se puso en boca de todos por el homicidio de una joven de 13 años.

De repente, la palabra comenzó a reproducirse a un ritmo vertiginoso. Aunque en la Argentina una ley contempla el delito desde hace más de dos años, fue una tragedia, como tantas veces en la vida, la que resultó el disparador para que en cada rincón del país se comenzara a hablar de Grooming en las últimas semanas. El asesinato de Micaela Ortega, una joven de Bahía Blanca de 13 años, a manos de un hombre de 26 -Jonathan Luna- que la acosaba a través de Internet, fue el detonante para que muchos comenzaran a reflexionar sobre los peligros de esta práctica.

“El Grooming es el acoso sexual virtual a niños y adolescentes, consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto de cara a establecer lazos de amistad con un niño con fines sexuales”. La definición puede leerse en el sitio de Grooming Argentina, organización sin fines de lucro que se convirtió en referente en el país y que desde inicios de 2014, apenas promulgada la ley de Grooming (la 26.904), trabaja para concientizar sobre esta problemática. La definición, como suele ocurrirle a las definiciones, no alcanza a describir la magnitud de una práctica tan grave. “Lamentablemente recién a partir del caso de Micaela mucha gente empezó a tomar conciencia y a enterarse de lo que es el Grooming”, reflexiona –con pesar- Hernán Navarro, presidente de Grooming Argentina, en el inicio del diálogo con Medios Lentos.

¿Cómo impactó en la sociedad lo ocurrido con Micalea?

Aunque había aumentado el número de consultas, fue a raíz de este caso que muchas personas comenzaron a interesarse y a conocer de qué se trata. Este hecho triste le dio mucha visibilidad al mensaje que buscamos transmitir.

¿También aumentó la cantidad de denuncias?

Los casos de denuncias de grooming son esporádicos. Lo que pasa es que siempre se denuncian casos trágicos, como homicidio o trata de personas, que pueden originarse por el grooming, pero mucha gente no sabe que el grooming es un delito y por eso no lo denuncia.
No solo se trata del desconocimiento de que esto es un delito, pese a que una ley desde noviembre de 2013 lo penaliza con hasta 4 años de prisión.

Según explica el dirigente de la organización, todavía no hay real conciencia de que se trata de un acto peligroso en sí mismo, aún sin llegar a consecuencias trágicas: “Cuando un nene se fuga, el protocolo señala que fue una fuga, pero por ahí es una situación de grooming. Lo que queremos instalar es que en el aparato psíquico del pibe es una forma de abuso sexual”.

– Suena muy fuerte…

– En otros países, como España, es visto así. Esta es la nueva forma de abuso sexual infantil. Pega en la intimidad de los pibes.

– ¿Se subestima lo que ocurre en las redes?
– Algunos padres creen que es apenas mandar una foto, que bloqueando a un usuario los chicos están seguros, pero es algo más complejo que esto. Hay que llevar lo real a lo virtual. Mi vieja me decía no hables con extraños en la calle. Bueno, dejar a los chicos solos en la plaza o en la red es lo mismo.

– ¿Creés que hay descuido por parte de los padres?

– Lo que hay es negligencia. Esta es la primera camada de padres que se enfrenta a la tecnología, pero le tiraron toda la responsabilidad a los chicos. Y los chicos, que son nativos digitales, no pueden darse cuenta de los riesgos que trae Internet.

– ¿Los acosadores se convirtieron en expertos?

– Las personas que actúan desde el anonimato encontraron una ruta fácil para irrumpir en la vida de los pibes. Hacen una especie de ingeniería social.

– ¿Juegan con los sentimientos de los chicos?

– Los chicos se enamoran a veces. Los tipos son hábiles para ganarse la confianza y saber donde pegar, además de extorsionar mediante fotos.

Queda claro al conocer el grooming que los chicos (el segmento más vulnerable es el que va entre los 8 y los 13 años) están expuestos a dos peligros: sus victimarios virtuales y el desconocimiento de la sociedad. “Ellos son los que se nos acercan en el 90% de los casos. Sienten que no tienen voz y muchos de ellos han encontrado en la organización un espacio de consulta y también de descargo. Se sienten solos”, explica Navarro.

– ¿Cuál debiera ser el rol del padre?

– Nosotros creemos que el software más seguro para usar en estos es el diálogo. Apuntamos a que los chicos puedan confiar en sus padres y eso se logra con un diálogo cotidiano.

– ¿Y en lo técnico?

– En primer lugar los padres deben conocer el mundo de las redes. Algunos creen que por tener a sus hijos de amigos en Facebook están seguros, pero los chicos tienen varias cuentas o usan otras redes sociales. Hay mucho desconocimiento de la tecnología.

– ¿Hay miedo de “meterse mucho”?

– Nosotros apuntamos al monitoreo, no hablamos de control. Hay que saber que monitorear las redes sociales no es invadir la privacidad. También es cierto que para muchos darles la tablet o el celular es una forma de desligarse del chico.

Desde Grooming Argentina saben que a la tecnología se la corre de atrás. “Tenemos presente el poder de las tecnologías que se reinventan. Por eso, nuestra tarea es ir detrás de la tecnología y estar actualizados en materia de redes sociales y nuevas plataformas”, señala Navarro. Y aclara que en ese sentido, la responsabilidad, si bien es prioritariamente de los padres, los excede: “Tenemos que capacitar a todo el mundo adulto, incluido el mundo judicial y los docentes”.