“La experiencia que te ofrece la actuación te demuestra que uno es un sujeto construido en sociedad”


ManuDESTACADO 101Se podría decir que Manuel Mazza Toimil es un hombre orquesta y un actor multifacético que puede interpretar cualquier personaje.  Esto tiene sustento porque posee una interesante y basta carrera, que abarca estudios de actuación, danzas folclóricas, dirección, de cine, psicología social, y la lista continúa.

Actualmente Manuel interpreta a Pedro, quien está encerrado por narcotráfico, en la impecable obra “La tumba de Lorenzo”, escrita por Pacho O’ Donnell y dirigida por Carolina León Remis. La puesta se presenta los viernes a las 21:30 hs en el Teatro Liberarte (Corrientes 1555) y no tiene desperdicio, es altamente recomendable.

Con esa paciencia a prueba de todo pero ese temple de acero, Manuel Mazza Toimil nos cuenta en esta entrevista para Medios Lentos acerca de sus técnicas a la hora de componer un personaje, de las ventajas de la actuación y de cómo fue que abrazó la noble profesión de actor.

¿Cómo nació tu veta de actor? ¿Qué fue lo que te hizo a ejercer esta profesión?
Son esas cosas que siempre están dando vueltas en la cabeza y uno no las asume. Creo que con el tiempo uno puede ver con más claridad ese tipo de aspiraciones y hacerse cargo, como los que sueñan  con ser futbolistas o músicos y nunca se animan a probar. Tener ese anhelo en el plano de la fantasía, muchas veces inconsciente, se nos termina poniendo en contra porque para lo único que sirve es para anestesiar el día a día.  Siempre tuve ese deseo presente: el cine, la actuación. Yo trabajé seis años en la terminal de Retiro, en el sector de encomiendas. Había dejado ya dos carreras universitarias. Y cuando salía de la Terminal a la medianoche me metía en alguna sala de cine de Lavalle a ver cualquier tipo de películas. Siempre que podía hacía eso, y me envolvía en una sensación de placer y angustia. Uno se miente siempre pero darse cuenta de la mentira es otra cosa. Llega a ser dolorosa y liberadora. Creo que cuando uno hace las paces con ese tipo de conflictos internos se acerca un poco más a la sensación de libertad.

Un día, por consejos de amigos y por ver repetir en mí esa conducta, me dije: “Es este el camino, hacete cargo” y empecé a buscar.

¿Cuáles son las ventajas de la actuación?
Creo que la ventaja que da la actuación es la posibilidad, sobre todas las cosas, de poder conocerse uno mismo y darse el lugar de descubrir al otro que no es poco. Uno puede desprenderse y en cierta forma auto-denunciar los estereotipos que te impone la sociedad, los conceptos, los prejuicios, en la medida que sea posible y con los tiempos que uno maneja. Porque uno no hace lo que quiere sino lo que puede. Hay un dicho que dice “el negador no sabe que niega”, es terrible pero no imposible. Uno entra en un proceso largo y por momentos confuso en donde las herramientas que te da la actuación te sirven de base, de colchón. Creo que todo el mundo tendría que hacer teatro. La experiencia que te ofrece te demuestra que uno es un sujeto construido en sociedad. En lo bueno y en lo malo. El teatro no se hace solo. Es un acontecimiento grupal.

¿Y cuáles son las contras?
No se me viene ninguna. Creo que las contras están en la periferia. Es todo eso que no deja que uno pueda disfrutar de  hacer lo que le gusta.

¿Cómo se prepara un actor a la hora de componer un personaje?
No siempre empiezo igual, pero siempre parto desde lo general a lo particular.  Lo primero es leer mil veces la obra y tratar de interpretar lo mejor posible al autor. Investigarlo. En qué época fue escrita la obra, que pasaba entonces. Armar el contexto en donde no solo está pasando la historia del texto sino en qué contexto histórico fue escrito el mismo. Después sacar toda la información posible que llame la atención, desde una palabra hasta una acotación. Lo que sea, por más que uno no le encuentre significado. Y empezar a armar un glosario.

Encontrar la premisa de la obra como eje principal y la premisa del personaje y del resto de los personajes para comprender los distintos conflictos.

Hay que llevar la situación a un plano personal, reguntarme qué haría yo en esa situación,  y preguntarme por qué el personaje toma otro camino, si es que siento que lo toma. Esto te lleva a identificar cómo es el personaje, cómo son los otros personajes y cómo influyen entre sí. Se debe tener en cuenta el carácter, la psicología y la energía que tiene el personaje, sus silencios, su manera de contestar. Gran parte de su construcción está en el entorno, con quienes comparte el tiempo y espacio. Siempre hay que tratar de estar parado en la pregunta. Cuando uno cree que tiene la respuesta de todo en verdad está metido en un problema.

¿Existe algún truco, alguna técnica para separar al personaje de la propia persona?
Yo creo que no, el trabajo siempre tiene que ser desde lo personal. Esto puede llegar a ser confuso, pero la actuación tiene ese juego de preguntarse qué haría uno en esa situación, y a la vez preguntarse también qué me tendría que pasar para llegar al estado en el que se encuentra el personaje para comprenderlo. Creo que no hay otra manera de encararlo que no sea desde lo personal, y esto no quiere decir que todo se limite a las posibilidades o limitaciones de un actor sino que por el contrario, hay muchos ejercicios para abordar un personaje. Por ejemplo, si uno tendría que hacer de asesino serial, o de alguien que encuentra placer en matar, uno podría preguntarse qué tiene que ver este sujeto conmigo. Sin embargo, si uno trabaja desde lo que para uno resulta placentero empieza a encontrar un hilo conductor entre el personaje y el actor. Gran parte de la técnica de actuación se basa en la disponibilidad de trabajar en pos del personaje. Digo disponibilidad como apertura al juego, y esa disponibilidad la tiene que permitir uno. Si no uno cae en el estereotipo, en la imagen armada de cómo tendría que ser, por ejemplo, un asesino.

¿Qué personaje no harías y por qué?
Nunca me pregunte eso. Sería poner un prejuicio.

image1Sabemos que estás haciendo una obra de teatro, La tumba de Lorenzo. Contanos de qué se trata.
La obra fue escrita por Pacho O Donnell y está dirigida por Carolina León RemIs. Trata de cuatro personas (Mónica – Guillermo Ures), (El Tordo – Gastón Perea), (Rulo – Cesar Michetti) y (Pedro – Manuel Mazza) que se encuentran encerradas en un lugar por diferentes crímenes, y en donde aparece la posibilidad de escapar. Esta posibilidad destapa conflictos en el adentro y en el afuera, donde los personajes ponen en juego sus miedos y sus anhelos,  al límite de tener que hacerse cargo de lo que esa posibilidad despierta.

La obra habla de las ataduras  y del miedo a la libertad. Del enfrentamiento del mundo interno que cada uno lleva dentro y que confrontamos con ese otro mundo, el externo. Habla de las posibilidades que muchas veces encontramos para pararnos cara a cara frente a lo nuevo junto a todos esos miedos que nos atan a lo conocido, a lo establecido como algo natural y real.

¿Cuál es tu personaje?
Mi personaje es Pedro (está encerrado por narcotráfico y por fraude) Su  personalidad es agresiva y dominante. Mantiene una relación sentimental con Mónica (un travesti que encerraron por escándalo en la vía pública). Por otro lado se encuentra Rulo (un ex jugador de futbol que está preso por dispararle un tiro a otro jugador), él está perdidamente enamorado de Mónica, motivo por el cual el encierro se le vuelve insoportable, llevándolo a enfrentarse continuamente con Pedro. Y por último está El Tordo (preso por ejercer la medicina en forma ilegal) que es un personaje reservado y pensante que mantiene el equilibrio en la convivencia de estos personajes. Este equilibrio se pone en juego cuando surge la posibilidad de la fuga.

Cuestionario de Pívot

¿Cuál es tu palabra favorita?
Vicente

¿Cuál es la palabra que no te gusta para nada?
Imposible

¿Cuál es el sonido que más te gusta?
La risa de mi hijo

¿Cuál es el sonido que no te gusta para nada?
La agonía

¿Cuál es tu mala palabra favorita?
LPMQTRP

Si no fueras actor, ¿qué otra profesión hubieses ejercido?
Músico, todavía sigue siendo una aspiración.

¿Qué profesión no hubieses ejercido nunca?
Ñoqui

¿En qué sos medio lento?
En todo

¿Creés en Dios?
No

¿Qué pensás que te diría cuando llegues al cielo?
Si alguien te pregunta por mi deciles que no existo.