Entrevista a Hayle Aguilar


Entrevista a Hayle Aguilar

Se puede decir que Hayle Aguilar tuvo una vida poco aburrida. Vivió en varios rincones del mundo, transitó por intensas experiencias y conoció diferentes culturas, de las cuales aprendió. Logró introducir en plena Polonia comunista un pedazo de capitalismo llevando al hotel Marriot a esas tierras. Pasen y vean a este personaje excéntrico y por demás interesante.»Soy Hayle Aguilar, ese es mi nombre. Nací hace unos cuantos años en Uruguay y me llamo Hayle, lo voy a explicar antes de que me lo pregunten porque es la pregunta de todas las semanas, toda mi vida, por qué me llamo Hayle. Y es muy simple: yo nací el día que Mussolini invadió Hayde Sa baba, en Etiopía y ese día sacaron a Haile Selassie el emperador del poder y yo pagué las consecuencias. Mi familia defendía la causa de Haile Selassie y la diferencia en armamento. En esa época no existían las naciones unidas pero creo que había un organismo que se llamaba Liga de Naciones y esa es la razón por la que me llamo Hayle» afirma Aguilar.¿Cómo llegaste a EEUU?Como todo emigrante, lavaba mesas. A los 6 meses estaba trabajando de mozo y a los 6 meses, la chica que me tomó, Su Gordon, que siguió siendo amiga, era la directora de recursos humanos del Beverly Hilton en Beverly Hills. A los dos años era secretaria mía de Traider Vics.¿Y cómo llegaste a trabajar al Marriot?Bueno, yo estaba viviendo en Estados Unidos, había trabajado dos años para Hilton y había trabajado más de siete años para Trader Vic´s, una compañía internacional de restaurantes. Traider es un personaje bastante famoso, se inició con un bar que se llamaba Hinky Dinks en Oakland, en California y más tarde abrió un restaurant en San Francisco y de ahí se fue abriendo restaurantes por todos lados y en todo el mundo. Empezó por supuesto en Estados Unidos abriendo en Portland, en New York, en el Hotel Plaza, en Scastheil  en Arizona, en Los Angeles en Beverly Wilsher, en Tokio, ahora están en Bankok, en Londres, Munich, pero se ha ido la compañía, él falleció ya hace unos cuantos años. Yo trabajé con él y llegué a donde podía llegar, de ahí esto estaba en manos de la familia, ya no podía ir más adelante entonces le dije que me iba a ir y me recomendó a Marriot. Primero me quiso llevar él para trabajar con él, estaba organizando un restaurant en San Francisco y le dije que no quería esperar, que en realidad quería hacer algo más. Y él había ido, era egresado de Cornelium University y tenía bastante del vicepresidente y personas, ejecutivos del Marriot, que habían sido compañeros de él, y los llamó y me llamaron para una entrevista en Washington y así fue como me fui a Marriot. Una de las pocas personas que entró en gerencia en Marriot porque el 85 por ciento de los gerentes de Marriot, incluso los ejecutivos, salen de la fuerza laboral horaria, es muy raro que se tome a alguien, generalmente se pueden tomar los chefs que tienen experiencia en otros lados pero hay chefs ejecutivos que han empezado de lavaplatos en la compañía. Y entré al Marriot cuando había 26 hoteles.  Por supuesto, Trader, su nombre era Victor Jules Bergeron era muy posesivo y murió odiándome o por lo menos no quería que me fuera pero no podía ir más adelante y fue una experiencia muy interesante porque trabajé con orientales, casi todos chinos, había 1800 chinos en la compañía y había algún americano con su familia pero eran muy pocos, estoy hablando en la plana de gerencia, eran dos o tres y habíamos tres latinos, dos peruanos hermanos y yo. Uno de ellos fue el que me llevó y me tomó en Trader. Después me fui, me tomaron en Marriot, me dieron un proyecto especial que había de un desarrollo individual y me dieron dos libros enormes para repasar todo lo que tenían en alimentos y bebidas. Yo ya tenía bastante experiencia en eso, hace unos cuantos años que estaba trabajando y tuve una experiencia de dos años en el Beberly Hilton en Beberly Hills y estuve unos cuantos meses en las Vegas, de ahí me llevaron a Traders y ahí me pasé 7 años y pico y donde lo que creo que más aprendí fue calidad. Ahí lo que se vendía tenía que ser fresco, si era pescado era fresco y si no había no se vendía porque no era lo que se esperaba. Trader fue muy famoso, su trago más famoso creo que es el Mai Tai, creó una cantidad inmensa de tragos.¿Es verdad que escribiste una carta al New York Times?Hice una carta abierta a una página entera en el New York Times retrucándole al chef en ese momento de la Casa Blanca porque había dicho que la  mejor comida era la francesa y no había vuelta que darle y él no creía en eso sino que había cantidad, variedades de comidas de distintos lugares y de distintos orígenes que podían ser tan buenas como la francesa. De ahí me fui a Trader Vics e hice ese programa de desarrollo individual. Estuve dos meses en Washington y esto consistía en probar todo lo que se hacía, por ejemplo, estaba bien organizado el trabajo de los lavaplatos, entonces me tenía que pasar ahí ocho horas viendo desde qué se entraba, qué se hacía, cómo se hacía, cómo se podía ahorrar tiempo, no era cuestión de que entraran platos y ya encender la máquina de lavar, tenía que tratar de organizar lo mejor que se podía, eran cosas sencillas pero que había que hacerlas y reorganizarlas.  Cada dos o tres días tenía que ir a la oficina central a reportar qué es, cómo iba la cosa y cómo lo estaba haciendo y qué se podía hacer y cómo se podía mejorar. Tuve que trabajar en la línea de la cocina, tuve que trabajar en la puerta de los restaurantes, tuve que trabajar en los desayunos que eran famosos en Marriot.En los Angeles donde ya estaba después de unos años de director de alimentos y bebidas, en ese momento era el hotel más grande de la compañía. Tenía 1200 cuartos. Y teníamos un promedio de entre 1100 y 1200 desayunos por día, por ejemplo, en una de las planchas, se ponían los hash Brown, papas que parecen las papas suizas que se sirven, es muy común,  se come en Estados Unidos, en el desayuno, y vino Mr. Marriot Sr con 65 años, a la cocina, él era de alimentos y bebidas, así había empezado la compañía, así se había originado y se encontró que teníamos todas las papas en una plancha entera  y se cortaban las porciones y puso el grito en el cielo. Y empezó a mostrarle a los cocineros cómo se hacía, y se nos armó  tremendo lío afuera porque la gente esperaba 45 minutos por una orden de un desayuno. Cuidaba el negocio personalmenteCuando estaba en California, en New Porvis vino é (Mr Marriot)l por supuesto, la familia son mormones todos y su hijo le había dicho que hablara conmigo y que probara el Magic Magic que lo teníamos hecho con una receta de ron y entonces le dije “no se lo puedo servir, porque está hecho con ron” entonces me dijo “entonces no”. Ese mismo día se habían cambiado las recetas de la torta de queso, cheese cake, y habían dos recetas, una para los hoteles y uno para in fly (en esa época Marriot era la compañía más grande sirviendo aviones) y el cheese cake de chocolate de los hoteles era marmolizada, era con mármol, con chocolate dentro de la parte blanca y la de in fly era totalmente de chocolate, marrón. Bueno, pidió, se lo servimos, buenísima. Luego me hizo llamar: “por qué habíamos cambiado”, al otro día le dije Marriot, esta es la receta que tenemos nosotros, no me iba a poner a explicarle lo que eran… Al otro día teníamos una reunión a la mañana todos los gerentes con él y por supuesto me cayó, así, delante de todo el mundo. Todos estaban enterados lo que había pasado la noche anterior y me cayó en forma, pero de todas maneras fue un gran  líder como lo es hoy su hijo, Phil Marriot, con el cual seguimos teniendo una amistadPara contarle a la gente, ¿cuándo entraste cuál era el número de establecimientos y cuando te fuiste a cuánto ascendieron?Estamos muy, muy ligados. Entré con ellos en el año 1973 y me fui en 2006 a otro trabajo. Había 26 hoteles cuando entré y arriba de 3000 cuando me fui. Hoy en día hay 3700. Vi todo el crecimiento de la compañía.De lo que viviste, que experiencia fue la más interesanteHacía unos seis años que estaba en Jordania y me ofrecieron si quería ir a abrir en Hong Kong y como ya conocía Hong Kong y había otra posibilidad de abrir Varsovia, me parecía mucho más interesante ir a vivir al mundo comunista y aprender qué era el comunismo y verlo bien de adentro. Fue bastante difícil pero muy interesante. Fue la experiencia laboral más grande que tuve. A pesar de haber vivido y aprendido las costumbres árabes y musulmanas sobre todo, que eran las más difíciles, vivir detrás de la cortina de hierro no era fácil y trabajar era mucho peor. Organicé el hotel, abrimos con 1100 empleados, 520 cuartos en edificios de 44 pisos que le teníamos que hacer el mantenimiento, porque una mitad era hotel y la otra era oficina pero teníamos la responsabilidad de todo.Habían 24 elevadores, teníamos nuestro propio departamento de bomberos,14 bomberos y el sistema era muy moderno porque estaba todo el edificio reproducido en luces en un tablero y ante cualquier movimiento de calor, de mucho calor o humo, se encendían las luces y subían y había un elevador que era sólo para los bomberos para que puedan subir inmediatamente. Tuvimos que llevar semillas para producir algunos de los productos que necesitaban, había que importar por supuesto toda la comida, cantidad de productos, en realidad no había nada. Dentro del hotel había 11 locales de alimentos y bebidas. Eso representaba que teníamos de todo de afuera porque no se conseguía nada. Entonces había restaurantes muy buenos, un restaurant italiano y había uno con almuerzo en una cafetería que costaba en realidad 25 centavos de dólar. Por razones políticas, ya que el 5 por ciento del hotel pertenecían a LAT, la aerolínea estatal y 25 por ciento teníamos nosotros que es una de las inversiones más grandes que tenía Marriot en un hotel porque generalmente Marriot no son los dueños sino que es una compañía que gerencia hoteles, y el otro 25 por ciento los socios que era una compañía constructora muy grande.Teníamos una central telefónica muy buena, después de un año invertimos en 20 líneas, luego se convirtió en la central telefónica de Polonia, ganábamos bastante dinero con eso porque se cobraba bastante. Tanto es así que tuve que cambiar el centro de negocios porque el nuestro resultó chico y tuvimos que hacer cabinas telefónicas y todo el mundo que tenía que hablar al extranjero venía ahí. Por ejemplo, hablar con gente que estaba de  nuestro hotel en el Cairo nos llevaba 6 días y medio de espera, para hablar con mis hijos que en ese momento estaban estudiando en Estados Unidos, eran 2 días y medio. Pero Polonia resultó muy interesante.Nos seguían, teníamos los teléfonos pinchados. A Teresita (su esposa) la seguían con un lawa igual a un fiat 125. Salía ella de casa, en el auto y ahí la seguían. Y a mí me tenían controlado pero yo no tenía nada que esconder. Un día que yo mismo  llevé hasta la puerta del Ministerio del Interior a mi secretaria y al otro día se me quería ir y dije:  “Bueno que te pasa” –  “No, es que los tipos me dijeron que tu fuiste a una fiesta con una mujer” – “Sí, fui con Teresita a Four” –  “Como yo no sabía nada y tampoco sabía que tu hijo había estado, uno de tus hijos había estado acá 10 días cuando recién llegaste” – “Y sí, es cierto pero yo no te dije porque no tenía por qué decirlo” – “Pero esto me vuelve loca”. En ese momento habían 18 mil personas haciendo ese tipo de trabajo, parece mucho, pero en realidad eran 40 millones de personas que tenían que cuidar y estaba todo muy efervescente en ese momento porque Wawuensa estaba por entrar en el poder y viví así un año y medio hasta 1989 cuando cayó que la pared de Berlín, hecho en el cual también estuvimos presentes.¿Qué cambios viste?Cambió  todo, de cero desempleo que había hasta diciembre de 1989, en 2000 y 2001 se fue al 20 por ciento. Fue una cosa que cambió absolutamente todo, nosotros teníamos una fundación para ayudar, Teresita firmó un contrato con Marriot para usar su nombre  para la fundación, fundación Aguilar no decía nada pero Fundación Marriot sí, entonces empezamos a organizar cantidades de eventos de caridad, el país estaba virgen en eso porque hacía 47 años que estaban viviendo con un régimen comunista donde no existía un bold. Se hizo mucho con eso. Existían hogares de niños huérfanos o se los sacaban a gente que podía ser alcohólica, eso también se trabajó mucho, con un centro de ciegos. Media hora después que cayó el comunismo,- se queda en silencio y piensa-… fueron años muy muy interesantes, no éramos y éramos extranjeros, no éramos diplomáticos ni polacos. Entonces no podíamos conseguir nada, hablamos con el ministerio del exterior a ver si nos daban una tarjeta para poder comprar en algún lado. No había caso. Teníamos que ir una vez al mes a Berlín a comprar algo y sino, el mercado negro. Que nos vendía ternera, carne de ternero, queso rayado uruguayo, por ejemplo de corna prole, de vez en cuando. Era todo muy difícil. Para el auto chiquito, teníamos 24 litros de gasolina al mes, para los más grandes, 36 litros. Por supuesto, eso lo gastaba en días, 2 días, entonces se compraba todo en el mercado negro, había un tráfico enorme y, todo funcionaba en base al mercado negro .Después hacían cosas, yo no me metía en política ni en cosas por el estilo, ni loco, no habla nada de eso. Pero por ejemplo, Polonia, vendía sus productos agrícolas a Alemania y después compraba de Rumania o de Bulgaria a mucho más barato. Yo me acuerdo de hacer cola, por supuesto, pero comprar vino con capuchón de plomo, con todo y por supuesto en el mercado negro, pagaba la botella de vino bueno de Bulgaria, 45 centavos de dólar. Era impresionante, lo extraño que era todo eso, era una cosa muy difícil de entender, sobre todo para los que no vivían ahí.¿Qué te resulto más difícil de estar ahí?Conseguir que  los ejecutivos  vinieran a acompañarme a trabajar conmigo, eso me llevó seis meses a que llegara al primero porque nadie quería venir a Polonia. Los inviernos eran duros, era seis meses sin ver el sol pero la gente era magnífica, gente muy buena toda y buenos trabajadores, a mí me encantó Polonia .Se abrió un dealer ship de BMW, en su primer día vendieron 21 autos. Había dinero, quizá debajo de los colchones, pero había muchísimo dinero, mucha gente vivía no bien pero no le faltaba el dinero para comprar lo que podían¿Qué personajes conociste gracias a este trabajo?Son varios, la amistad más cercana es el rey de Jordania, Hussein y su hijo muy chico, corríamos juntos con el papá y con él y hemos corrido trepadas de montañas donde corrían Tin, él, Abdala y mi hijo, Gonzalo y yo. Por ejemplo dábamos dos subidas cada uno con dos autos diferentes. En Polonia tuve oportunidad de hacerme cargo de la visita de él y él se acordaba, habíamos corrido juntos y todo eso. Después conocía al Rey Juan Carlos, al presidente Bush¿Alguna cena?¿Cenas? Sí¿Alguna Situación? ¿Sorprendidos?No, generalmente estábamos muy bien organizados. Eran cosas muy muy buenas, me tocó cuando volvió Arafat por primera vez a Jordania, se vació el hotel, seguridad vació todo el hotel, tuvo que cancelar las reservaciones que habían y Teresita, el perro y yo pasamos tres días en el hotel sin ningún huésped, sólo nosotros y la guardia afuera. Viviendo en semejante edificio, andar por el lobby con el perro viendo, caminando, todo ese silencio, donde siempre hay un ruido espantoso¿Te acordás qué comían para el programa?Haruf, que es el cordero, la oveja mejor dicho. Generalmente son importados de Argentina, de Uruguay. Venía la gente de Uruguay, venía la gente de la cámara de comercio de carne y a veces tenía que ayudarlos  con el ministerio de suministro. Estaba bien vinculado, fui por dos años y me quedé siete años en Jordania.¿Cómo conociste a Hayle Selassi?Siempre nos gustó viajar, y la aventura. Estuve tres años trabajando sin vacaciones, viviendo en EE UU. Fuimos 4 meses, salimos en enero regresamos el 22 de abril a los Ángeles, que era el día de nuestro aniversario, y pasamos unos cuantos días en Sudamérica y dejamos a los chicos en Uruguay con los abuelos y de ahí nos fuimos tres meses a África. Yo había conocido a Hayle Celassi lo vi porque él estaba en un hotel cerquita donde teníamos el restaurante en Century City y su helicóptero aterrizó en el estacionamiento. Entonces pedimos una audiencia con él y cuando llegué y llegamos el 15 de abril me parece a Etiopía, el 17, el 15 o el 16 de abril fuimos al Palacio Real que era su residencia, y nos dieron una audiencia un coronel de la fuerza aérea, Fresenbet, que se portó muy bien con nosotros. Nos vino a buscar al hotel y nos llevó al palacio imperial. Estaba todo el mundo esperando al emperador y eran todos etíopes, nosotros éramos los únicos blanquiñosos. Entramos y los leones estaban sueltos tranquilamente durmiendo, le digo a Teresita, a ella la dejaron en la oficina del ministro del exterior y a mí me llevaron a la oficina del emperador, estaba en una sala donde había regalos de todo el mundo. Y de repente me vinieron a buscar y me dijeron cómo tenía que saludar. Estaba él chiquito pero imponente, entré, me preguntó con quien estaba, le dije que estaba con mi esposa, ¿por qué no vino? Golpeó la mano, vinieron un par de personas y la mandó a buscar. Entonces entró, estuvimos quince minutos, no más de eso y nos fuimos pero con la invitación de ir al Palacio de Verano, pero  ya no teníamos más dinero y teníamos problemas para cambiar los tickets así que nos llevó este coronel de vuelta al aeropuerto porque de ahí ya teníamos todo para irnos a Cactun, a Sudan.Pero fue un viaje extraordinario y eso es lo que te da trabajando en los hoteles internacionales.Conociste a presidentesMr. Marriot fue el cherman de la inauguración de Reagan por ejemplo pero teníamos todo el negocio de cuando el gobierno era republicano todos estaban en Marriot. En Washington encontrabas Marriot por cualquier lado.Marriot empezó el 20 de mayo de 1927 que fue el día que voló Limbert de New York a Paris y habían puesto una radio y la gente se paraba afuera.El primer restaurant que abrieron era un mostrador con 9 asientitos y eso era todo, ellos cocinaban en el apartamento y vendían ahí. Vinieron desde Iutta en un Ford recién casados él y la señora Alex, y así empezó toda la compañía, una compañía bastante joven, prácticamente joven.¿Te homenajearon en la Universidad de Yale?Si, en Yale, hicieron un llamado de 45 minutos, estuvimos hora y media, todo a raíz de trabajar detrás de la cortina y de abrir el Joy Invention 001 detrás de la cortina de hierro en Polonia¿Y en la Casa Blanca?También me homenajearon en la casa blanca, cuando fui, había 500 CEOs de todas las compañías más grandes de Estados Unidos. Cuando me subo a sentarme en el escenario  el primero que estaba en frente Bil Marriot¿Qué sentiste?Yo les dije : “Me jugaron una mala pasada, porque está el jefe, está el patrón acá” entonces lo presenté, se paró, saludé orgulloso de haber trabajado con la compañía  en la que ahora trabajan mis dos hijos el más grande es Global, tiene todo Europa y el menor, era Country Manager en Brasil y le acaban de ofrecer Vincent Marriot, acaba de comprar una cadena de  94 hoteles en  España, creo que hay 14 en Italia y un par de ellos en Portugal y se está haciendo cargo, va a ser la persona a cargo de eso.Hayle GourmetVos te especializaste en lo que es comidas y bebidas en la cadena, que es lo que más te gustaCreo que puedo contar con los dedos de una mano algo que no me gustaría comer, por ejemplo, una de esas comidas es la carne de ballena marinada en sangre de ballena. La probé hace unos meses en Barrow en la población que está más al norte de Alaska y con el Mar Ártico. Los esquimos nos dieron a probar y es una cosa espantosa.Pero en general me gusta todo. Me encanta un buen asado, me encanta un buen churrasco, siempre digo que tomo el vino que me gusta y no que “con el asado tenés que tomar el tinto, con el pescado el blanco”, dejame tomar lo que a mí me gusta. Me encantan los postres y probar y siempre se encuentran cosas nuevas.¿Es verdad que tenés la receta original del Cesar SaladAyer estaba mirando algo y estoy en desacuerdo y es con la caesar salad. Hoy salió una receta de un caesar salad que no tiene absolutamente nada que ver. El caesar salad nació con César y Cardini que era un italiano. Nació en Tijuana, México y ahí la hizo. Yo tuve la suerte de que una hija me diera la receta original cuando yo estaba trabajando para Traider Vics en los Ángeles.¿Me contás?Lleva huevo crudo, anchoas, queso parmesano, lechuga, que tiene que ser romain, un poco de aceite y no me acuerdo qué más, y la preparábamos en la mesa. Se preparaba en Sénior Room en el Beverly Hilton  frente al cliente, se traía el huevo dentro de un container con agua tibia, el huevo no estaba totalmente frío sino que se mezclaba con la lechuga.¿Qué se come en la Antártida?Comimos en el barco. Era un barco alemán, se comía bremen, era el año 1999, cuando todavía no iba gente allí. Teresita comió muffin, que por supuesto tenía más gusto a pescado que el pescado mismo. A mí si el pescado es muy fuerte no me gusta.Hayle y los rallys¿Cuánto hace que te gustan los autos?Hace 50 años. Empecé por supuesto en Uruguay en el  Parque Independencia de Rosario, esa fue la  primer carrera que gané en Argentina y después en 1959 corrí y gané también el Gran Premio Argentino. Luego estuve corriendo bastante en Medio Oriente y ahí viví 9 años y medio. Ganando rallys de Jordania, rallys de Medio Oriente en realidad.¿Corriste con tu mujer como copiloto los 100 años del Rally  Paris –Pekín?En 1907 se corrió lo que se llamó la gran carrera y fue un desafío que corrieron 6 autos nada más, la ganó el príncipe Borguese, un italiano y la largaron en Pekin y pusieron 56 días. Cuando se cumplieron, en el  año 2007, los 100 años volvieron a hacer por la ruta original el mismo rally. Y Teresita y yo lo corrimos, pero lo hicimos en 36 días. Pasamos por el desierto de Gobi, todo Mongolia hasta Siberia, todo Siberia, Moscú, St. Petersburg, luego entramos por Estonia e hicimos todos los países del báltico, Polonia y después entramos por Alemania hasta París.¿Ella manejó?Ella tuvo que manejar porque nos inscribimos, yo de piloto y ella de copiloto pero en todo ese tiempo, que pasó un año, cambiaron la ley en China, y a mí por viejo no me dieron  la licencia entonces la organización me dijo o que podía correr ella o me devolvían el dinero.  Y se inscribió ella, como piloto y manejó todo China, 5 días en China tuvo que manejar y ahí no te animás en realidad a decir “No, la anoto a ella y manejo yo” porque estaba todo muy controlado y la gente del Ministerio del Interior iba con nosotros todo el itinerario hasta la frontera con Mongolia. Acampamos en Mongolia, porque rompimos la dirección, no volcamos de causalidad y nos quedamos ahí tirados. Estuvimos cuatro o cinco horas hasta que vinieron los mecánicos de la organización y ataron la caja de dirección con esa cinta de persiana, de las ventanas, esa que es bien fuerte, nos faltaban ochenta kilómetros para llegar al campamento y lo hicimos despacito¿Cómo hacías con el idioma?Con los mongoles no podíamos hablar, era por seña y con gestos, pero los mecánicos eran ingleses, la organización fue estupenda.Salimos una hora y pico tarde, empezamos a andar pero se partió el chasis entonces se quedó inclinado el motor, esperamos a los mecánicos de vuelta y vinieron, soldaron  en el medio del desierto, un espanto estar soldando ahí. Bueno, pensamos que iba a aguantar y faltando 100 kilómetros para terminar esa  etapa durísima se rompió del todo y tuvimos que quedarnos ahí en el medio del desierto. Fue tan dura la etapa que ellos tenían seis camiones para levantar a los que se fueran quedando por alguna razón. Nosotros quedamos tirados. Estuvimos 42 horas en medio del desierto, teníamos para comer solo unas galletitas con gusto a nafta y no teníamos más anda pero a 1 kilómetro, kilómetro y medio habían unas carpas de unos geers, las habitaciones de los mongoles en el desierto, y nos vieron y se aparecieron con una pava llena de leche de Iak y queso. Por supuesto no se va a decir que no, nos sirvieron, trajeron las tazas y todo. Esa leche de Iak, gorda, espesa y caliente, fue un espanto pero tenía que tomarla, y el queso era como comer vinagre pero la gente fue muy buena y muy hospitalaria.Nos pasamos la noche esperando en la cupé pero dormimos. Al otro día a la mañana trajeron unas rodajas de pan casero con manteca y azúcar arriba y caldo,  muy bueno y encima mucho, yo creo que le regalamos las colchonetas que teníamos y otras cosas para los chicos. Como a las dos horas pasaron con su ropa de gala y sus caballitos esos chiquitos que tienen, dos hombres y la señora y se fueron. Entonces pasamos todo ese día, toda la noche hasta el otro día, 42 horas estuvimos hasta las 2 de la tarde del otro día en el desierto.Después viajamos 26 horas en el remolque sentados adentro de la cupé hasta la frontera con Siberia, y en la primer ciudad soldamos, soldó bien y ya perdimos la dirección, después el chasis, se perdió el caño de escape, las chapas de abajo que estaba todo blindado, unos caminos de terror, yo pensé que nunca iba a ver caminos peores que los de la Argentina “en los Grandes caminos” que andábamos por ahí, esto era de terror. Después en Rusia, en Siberia, eran pavimentados y había de repente cada pozo impresionante, era realmente una cantidad importante de vuelcos de camiones. Dije que no corría nunca más en Rusia. Ahí nos pasamos 9 horas terribles, 9 horas en la frontera para poder entrar a Estonia.¿¡9 horas!?9 horas. Teníamos primes de velocidad, tuve que suspenderQué viaje, qué experiencia interesante…Si, muy muy, yo lo haría mañana de nuevo, tranquilamenteCorrí las 24 horas del Alemán, la ganamos. En 2004, con dos amigos, en realidad éramos 3, nos turnábamos. Pienso que me saqué unos cuantos gustos.¿Es verdad que volaste el primer Concord en Jordania?Sí, el día del cumpleaños del rey,  todavía volaban los Concord de British Airways, había una compañía que se llamaba “vuelos de fantasía”, por ejemplo, nosotros hemos ido a Finlandia en Navidad, íbamos a la mañana temprano, almorzábamos  y a la noche volvíamos a Londres. Y ellos trajeron un grupo de personas, dos veces lo hicimos hasta Acaba, que es la costa del Mar Rojo y les dimos ahí un almuerzo, muy bueno, todo muy bueno y volamos del Concord a Amand y aterrizamos en Amand en cuestión de minutos pero ahí no puedes desarrollar toda la velocidad. Desde Amand Teresita había empezado a hacer unos viajes de caridad en el tren de Lorens of Arabian. Entonces organizamos uno de esos, que al final se hicieron 9 o 10, se vendían, al llegar a mitad del camino, por ejemplo se hacía un asalto al tren como hacían antes y contratábamos a la gente de la televisión de Jordania, se ponían en un cerro así todos a contraluz, lo veías era precioso verlos de abajo y cuando venía el tren que venía pitando y ahí uf uf te imaginas una locomotora a motor, todo viejo, los vagones se movían todos, se bajan ellos, teníamos 16 caballos ahí arriba, bajaban y venían volando hasta al tren y secuestraban y teníamos una chica, teníamos armada una carpa en un río seco, entonces ahí teníamos café y dátiles o champagne y bombones. Por mitad del camino parábamos en un llano y teníamos un piano de cola, alguien en smoking tocando el piano con candelabro y ahí teníamos de vuelta champagne y bombones.¿Qué tiene que ver esa historia con el cráneo (aclaro, de ser humano en una caja de cristal) que se encuentra sobre tu escritorio?Teníamos ese cráneo, en uno de los postes, que lo habíamos encontrado en ese río seco. Una semana antes buscando un lugar en donde armar la carpa, lo encontramos. El día que me fui de Jordania me entregaron esa caja.¿Podés decirnos qué dice la placa ubicada encima de la caja?Sí, dice “A Hayle, quien puede motivar hasta un muerto”. Fue parte del staff de personal del Marriot. Este cráneo ha motivado lo suficiente para entretener el grupo del Concord Fly en Jordania en 1987.Para redondear, le voy a robar a Bernard Pivot algunas preguntas de su cuestionario¿Cuál es la palabra que más te gusta?Amor.¿La que no te gusta para nada?Muerte.¿Cuál es el sonido que más te gusta?El de una Ferrari v 12¿Y el que menos te gusta?Hard rock o ese rock que es fuerte así que te rompe los tímpanos.¿Creés en Dios?Sí, algo hay.Y supongamos que llegas a las puertas del cielo, si existiera un cielo, y te recibe Dios, ¿qué pensás que te diría cuando te vea?Bienvenido.Una que no es de Pivot, ¿en que sos medio lento?En una cantidad de cosas, no las podría enumerar.Pero a veces la lentitud no tiene una connotación negativa. A veces está bueno ser lento.Sí, pensar, siempre pienso que hay que ser decisivo en la vida. Yo pienso que las decisiones hay que hacerlas, mirá te cuento otra, tuve un jefe, le decía, “mirá me gustaría hacer esto”. Y me decía bueno, vemos. A las dos semanas venía y me decía, bueno querés hacer esto, “no, ya es muy tarde, no se puede hacer”. Entonces l hay que tomar riesgos sobre algunas cosas, más si estas a cargo de un negocio. Si no hay riesgo no existe el “puede ser”.Es verdadSi, yo sé que hay alto riesgo, riesgo medio o no riesgo.  Si querés llegar a algo por lo menos tomá algún tipo de riego.Para más información sobre el Hotel Resort Marriott visite https://www.espanol.marriott.com/default.miAutorLuciana Mazza Toimilluciana@medioslentos.comDesgrabadoAyelén Cisnerosayelen@medioslentos.com